Caso Nadia
Los padres de Nadia iban a escapar con el dinero a Francia
Las intervenciones telefónicas impidieron que Fernando Blanco llegara a la frontera. Usó hasta tres números de distintos países.
Las intervenciones telefónicas impidieron que Fernando Blanco llegara a la frontera. Usó hasta tres números de distintos países.
Era una fuga «organizada», planeada tanto por el padre, Fernando Blanco, como por la madre, Marga Grau. La fecha elegida, el pasado 7 de diciembre. Para intentar «eludir la acción de la justicia», Blanco usó hasta tres números de teléfono pertenecientes a distintos países, realizó llamadas telefónicas a través de WhatsApp, llevaba «grandes cantidades en efectivo» e incluso tenía a mano una «pistola simulada» con la que esperaba «asegurarse la huida» a la comarca de la Cerdanya, en la frontera con Francia. Finalmente, la actuación de los Mossos d’Esquadra impidió que cruzara la frontera tras saltarse un control policial. Las autoridades ya estaban al tanto: las intervenciones telefónicas apuntaban a que Blanco podía emprender la huida.
Poco a poco, parece que se está desentrañando la trama en torno a la presunta estafa cometida por Blanco y Grau con la excusa de la enfermedad rara que padece su hija, Nadia Nerea. A través de donativos, los padres lograron recaudar cerca de un millón de euros, de los cuales se han gastado 600.000 que no han estado destinados a ningún tratamiento para la menor. Según el titular del juzgado de instrucción número uno de La Seu d’Urgell (Lérida), que instruye el caso, ambos estaban preparando «la huida de la familia», motivo por el cual interpretó que había riesgo de fuga y destrucción de pruebas, informa Efe. No en vano, el juez señala el hecho de que Blanco «tenía conocimiento de que estaba siendo investigado». Por ello, dictó el auto de prisión provisional para el padre. «La destrucción de pruebas debe considerarse como virtualmente posible», añade en el texto. Hay que recordar que, en el registro de su domicilio, los Mossos dieron con 1.845 euros en efectivo y 32 relojes valorados en 50.000 euros, así como marihuana.
El juez no se cree las explicaciones que dio Blanco, acusado de un delito de estafa en su modalidad agravada, en su declaración del viernes. Aseguró que todos los donativos los invirtió en tratamientos para Nadia, pero no aportó documentos que lo acrediten. Además, el titular del juzgado señala que el acusado no hace distinciones entre el dinero propio –el padre de Nadia asegura que su tienda de vinos y las charlas de motivación que daba le proporcionaban 30.000 euros al año– y el de las donaciones destinadas a su hija. Blanco dijo que no podía justificar los ingresos porque su negocio «carecía de contabilidad» y no pagaba impuestos.
El testimonio de Marga Grau, adelantado ayer por LA RAZÓN, tampoco ha convencido al juez. «No sé qué ha pasado con los 600.000 euros. Todo lo manejaba mi marido», aseguró. Dijo sentirse «muy enfadada» con Blanco y aseguró que la familia «no llevaba un tren de vida especial». En definitiva, el juez parece albergar pocas dudas de que estamos ante hechos «que producen gran repulsa social».
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