Ministerio del Interior
El «paintball» se pone a tiro
El Ministerio de Interior regula el uso de pistolas de aire comprimido y de balas de pintura
Las «gincanas» y los juegos al aire libre se han convertido en uno de los ejercicios lúdicos más demandados en los últimos años. Son muchas las empresas que ofertan fines de semana de aventura en los que se incorpora algún juego de acción o relacionado con las armas. Sin embargo, a pesar del auge de este negocio, desde el Gobierno no se había prestado mucha atención a este nuevo divertimento. Parecía inofensivo hasta hoy, ya que el Ministerio del Interior decidió el pasado mes de diciembre regular la situación actual de las armas que se utilizan en estos juegos, así como otros modelos como las pistolas de aire comprimido –usan balas de plomo– o las de «airsoft» –sus proyectiles son de polímero–.
Desde la Asociación Nacional del Arma en España (Anarma) veían esta actividad con cierto recelo desde hace tiempo, pero no pudieron presentar sus enmiendas hasta el año 2011, cuando se reformó la anterior normativa sobre armas. El vicepresidente de la asociación, Javier Agundo, afirma que «siempre insistimos en que estas armas, aunque se usaran de forma lúdica, debían estar reguladas para controlar que no se produzcan incidentes».
El Ministerio que dirige Jorge Fernández Díaz ha modificado el reglamento de armas, de acuerdo con lo que publicó el BOE el pasado 27 de diciembre, para incluir el armamento empleado en actividades lúdico-deportivas. De acuerdo con lo que afirma Interior a Ep, esta medida es necesaria por el auge y la difusión de este tipo de armas en los últimos años en España «y el desarrollo internacional de las modalidades de juego y de las armas a utilizar». Lo que más preocupa a Interior es el funcionamiento de estas armas, ya que disponen de un sistema de disparo automático o son accionadas por muelle o resorte. Estas armas, a pesar de las consecuencias que pueden producir, no estaban reguladas. «Las que se utilizan en juegos de ''airsoft'' se podrían calificar como armas de juguetes porque las bolitas que lanzan son de polímero y no causan daños considerables. Sin embargo, las de aire comprimido son más peligrosas porque sus balas están hechas de plomo y pueden incrustarse en la piel», explica el vicepresidente de Anarma. Afortunadamente, no se ha producido ningún suceso grave porque las pistolas de aire comprimido se usan sólo en galerías o en terrenos específicos.
Con la regulación de estas armas también se ayuda a terminar con las réplicas, que «en su mayoría vienen de Japón», ya que a partir de ahora todas las pistolas deberán llevar tarjetas identificativas.
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