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Patrick intentó ganar tiempo para enterrar los cuerpos
Evitó que el propietario de la casa de Pioz se acercara y descubriera los cadáveres.
Evitó que el propietario de la casa de Pioz se acercara y descubriera los cadáveres.
Los investigadores de la Guardia Civil trabajan sobre el tráfico de llamadas y mensajes del número de teléfono de Marcos Campos Nogueira, ya que siguió «funcionando» después de que fuera asesinado junto al resto de su familia en un chalet de Pioz. Una de las hipótesis es que el presunto autor del crimen, su sobrino Patrick Nogueira, fuera el que se llevó el móvil con el fin de controlar las llamadas y mensajes entrantes.
De hecho, tal y como adelantó en su edición de ayer LA RAZÓN, desde este móvil se contestó a un whatsapp que el propietario del chalet envió a Marcos para tratar temas del alquiler.
Está claro que quien respondió al mensaje trataba por todos los medios que dicho propietario no se acercase a Pioz ante la falta de respuesta a lo que requería y descubriera la matanza.
El presunto autor del crimen, en una actitud que puede ser atribuida a su carácter «psicótico», trataba de retrasar el descubrimiento de los cuerpos mientras pensaba en cómo hacerlos desaparecer y borrar cualquier rastro de lo que había hecho. Probablemente, en este comportamiento también influyó su «narcisismo», que se derrumbó al saber que la Guardia Civil ya había encontrado los cadáveres. Cambió un billete de avión con destino a Brasil que tenía para mediados de noviembre y abandonó España el 20 de septiembre, dos días después del macabro hallazgo.
No le faltaba razón para dar este paso. La Guardia Civil, a través de la Comandancia de Guadalajara y de la Unidad Central Operativa (UCO), se ha apuntado un importante tanto al esclarecer, en muy pocas semanas, la autoría del cuádruple asesinato. Tras obtener ciertas pistas en el restaurante en el que había trabajado el marido y conocer que, durante su estancia en Torrejón de Ardoz, había vivido con la familia un sobrino con antecedentes por actuaciones violentas con arma blanca, las sospechas se centraron en él. Inmediatamente, nuevos datos confirmaron que se estaba en la línea de investigación correcta: Marcos Campos sospechaba que su sobrino acosaba sexualmente a su esposa, y así se lo había manifestado a sus compañeros de trabajo; y además, todos los indicios apuntaban a que había huido. Ayer, en una rueda de prensa celebrada en la Comandancia de Guadalajara, el teniente coronel jefe Pascual Segura y el comandante Juan Jesús Reina, de la UCO, explicaron detalles de la investigación y subrayaron que la familia asesinada era «normal, trabajadora y humilde que vivía con los recursos que tenía».
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