Patrimonio

El urbanismo más peatonal

Hay una cierta obsesión en los regidores municipales y en los expertos en la planificación de las grandes ciudades por poner al peatón en el lugar más elevado de la cadena urbanística.

El urbanismo más peatonal
El urbanismo más peatonallarazon

Hay una cierta obsesión en los regidores municipales y en los expertos en la planificación de las grandes ciudades por poner al peatón en el lugar más elevado de la cadena urbanística.

En este tiempo de vorágine e invasión anglicista, el concepto en cuestión responde a la composición «peatón-friendly», o lo que es igual, aproximadamente, amistoso para el peatón, para los que se desplazan a pie por las ciudades. Retrata una corriente en la gestión y desarrollo de las urbes que pretende convertirlas en espacios lo más acogedores y accesibles posibles para el transeúnte de turno.

Detrás de ese movimiento, abrazado por todas las grandes capitales del mundo, hay variadas razones tanto de movilidad, medioambiental, salud, economía, ocio... incluso de una cierta filosofía de un humanismo redivivo en el que la persona es el centro de las grandes ciudades y no al contrario, esto es, los ciudadanos como instrumentos al servicio de una suerte de megalópolis disparatada. La corriente de afinidad y simpatía con todos los que pagamos impuestos y, por tanto, sostenemos el desarrollo racional o no de los centros urbanos donde habitamos es un síntoma de progreso tras generaciones de olvido en las que con seguridad existían otras necesidades más apremiantes. Convertir al contribuyente en viandante y usufructuario de aquello que ayuda a mantener es además un acto de justicia que abraza de alguna forma una ética pública regeneracionista.

Hoy, los planes de peatonalización de los grandes centros capitalinos forman parte de la acción de gobierno de prácticamente todas las administraciones locales de nuestro país y de gran parte de Europa. El transeúnte se abre camino también en la voluntad del político de turno que ha sabido responder a una demanda ciudadana que no para de crecer. El dato de que seis vías españolas se encuentren entre las diez arterias como más densidad peatonal por hora no es baladí. Y, en consecuencia, se toman decisiones. En Madrid, por ejemplo, el nuevo equipo de gobierno del PP y Cs ultima un plan de peatonalización para la Puerta del Sol y otras 20 plazas y calles secundarias. Que las ciudades no sean medios hostiles para la gente es un objetivo que nos enriquece a todos.