Redes sociales
Hipersexualización: Cuando los menores se exhiben de forma compulsiva
«Las niñas se hacen fotos como putas», dice el juez de menores Emilio Calatayud. Un comentario muy polémico y desafortunado. Sin embargo, los expertos alertan de que la búsqueda de «me gustas» en redes sociales lleva a los adolescentes a adoptar roles de adultos y a olvidar su intimidad
«Las niñas se hacen fotos como putas», dice el juez de menores Emilio Calatayud. Un comentario muy polémico y desafortunado. Sin embargo, los expertos alertan de que la búsqueda de «me gustas» en redes sociales lleva a los adolescentes a adoptar roles de adultos y a olvidar su intimidad.
«Hay niñas que se hacen fotos como putas y las suben a las redes...». Esta es la frase tajante del juez de menores de Granada, Emilio Calatayud, que ayer incendió las redes sociales. Horas después, en su blog, hizo una puntualización: «Olvidé decir que también hay niños que hacen exactamente lo mismo. Con ese lenguaje duro, lo admito, quiero llamar la atención sobre una realidad que está ahí y que veo a diario en mi juzgado». Insiste en que lo que quiere conseguir utilizando este calificativo es que «los padres protejan a los menores de sí mismos. Después de las fotos, pueden venir los acosos, los abusos y las violaciones». Y es que, detrás del incendio que ha generado, existe una realidad que preocupa a los expertos.
«Los adolescentes están dando un excesivo valor a la imagen, lo que motiva una pronta y exagerada sexualización», afirma Jorge Flores, director de Pantallas Amigas, una entidad que trabaja en promover el uso seguro de las redes sociales. «Lo que hacen los jóvenes no es tanto imitar lo que ven en casa, sino los valores que refleja una sociedad en general. Existe una presión por la hipersexualización». Flores insiste en que «utilizar la tecnología y las redes sociales es una libertad a la que tienen derecho», pero «muchos de ellos lo hacen de forma compulsiva. El móvil les facilita safisfacer esos impulsos».
Sólo hay que entrar en Instagram, en la cuenta de algún adolescente para que en su perfil o en el de alguno de sus contactos encontremos una foto con una pose algo provocativa. Eso sí, muchas de ellas van acompañadas de frases trascendentales o que dan pie a la intención del menor que, en realidad, sólo quiere que su número de seguidores o de «me gusta» crezca muy rápido. «Los dos sabemos cómo acabará» o «mientras tu piensas qué ponerte, yo pienso en cómo quitártelo», son sólo algunos ejemplos de los comentarios que acompañan a las instantáneas.
«Es cierto que estas imágenes se siguen dando en mayor medida entre chicas, pero cada vez son más ellos los que suben fotos con el torso desnudo. Se empiezan a ver cosas que antes eran muy difíciles entre adolescentes», insiste Flores, al que no sólo le preocupa que los menores suban fotos y que luego se puedan arrepentir sino que «se produzcan secuestros de terminales y, a los adolescentes, en lugar de pedirles dinero les exijan desnudos».
El psicólogo y ex defensor del menor Javier Urra hace hincapié en una idea: «No podemos decir que todos los menores estén hipersexualizados, pero sí que vivimos en una sociedad muy erotizada. No hay más que ver los anuncios de publicidad o la forma de vestir de los modelos que imitan los jóvenes».
Pero éste no es el único motivo que sostiene Urra para explicar por qué, entre los más jóvenes, se está convirtiendo en habitual difundir imágenes insinuantes. «Se ha rebajado mucho la edad de la infancia y, en cambio, se ha alargado la adolescencia», insiste. Entre los 12 y los 13 años ya aparecen los primeros cambios en el carácter. Y no sólo eso, es que «la realidad de la mujer ha cambiado y a las niñas ahora les viene la regla antes. Por eso, hay que tener en cuenta que las hormonas juegan un papel muy importante». Sin embargo, aunque cada vez lleguen a la adolescencia antes, «el desarrollo emocional y evolutivo no ha cambiado», asegura Silvia Álava, psicóloga y autora de «Queremos hijos felices y que crezcan contentos».
Para esta especialista la clave está en el modelo que imitan. «Cuando son niños imitan todo lo que hacen sus padres, mientras que en la adolescencia, los cantantes y actores pasan a ser su modelo a seguir», sostiene la psicóloga. Tanto ella como Urra aseveran en que no es tanto un problema por parte de los padres, sino de toda la sociedad. Eso sí, «hay que educarles en la importancia de la intimidad, en que deben protegerla. No son conscientes de que la pierden en cuanto cuelgan la imagen en redes sociales. No asumen que pueden llegar al resto», afirma el ex Defensor del Menor.
Y a este desconocimiento, se suma la impulsividad que puede terminar siendo un problema «cuando se ennovian». «La Policía Nacional ya me ha confirmado que están recibiendo muchas denuncias de adolescentes a las que sus ex novios chantajean con fotos de desnudos que se hicieron cuando estaban juntos. Con ello quiere que vuelva con él porque si la cuelga en redes sabe que el daño puede ser terrorífico, ya que en su entorno es muy probable que surja la palabra puta», comenta Urra.
Los «me gusta» no dejan de ser la forma más fácil «de sentirse valorada. Antes tenían que esperar a llegar a clase con la camiseta nueva para recibir los elogios, ahora sólo tiene que escoger qué foto subirán y al instante reciben la gratificación. La necesidad de sentirse valorado por el grupo sigue siendo igual de necesario que antes. A los adolescentes les engancha mucho», subraya Álava.
Hay que tener en cuenta que, desde el nacimiento del ser humano, «el rechazo siempre se ha percibido como una amenaza y esto, en la adolescencia se acentúa ya que su personalidad está en plena formación y siempre van a buscar pertenecer a un grupo y, en este sentido, las redes sociales ayudan mucho ya que pueden tener muchos amigos sin exceso de amistad. No tienen que verse constantemente, su relación es virtual».
«Puntúa del 1 al 10». Es la única frase que acompaña el vídeo de una chica de no más de 15 años que imita los movimientos de una canción de «reggaeton».
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