Sociedad
Jaime Mayor Oreja: «Queremos que Europa sea una comunidad de valores»
Impulsa una plataforma de intelectuales el 23 de febrero en el Senado de París para atajar la «profunda crisis moral que amenaza la supervivencia del Viejo Continente como civilización».
Impulsa una plataforma de intelectuales el 23 de febrero en el Senado de París para atajar la «profunda crisis moral que amenaza la supervivencia del Viejo Continente como civilización».
El próximo 23 de febrero, se presentará en el Senado de París la primera plataforma de pensadores e intelectuales europeos sobre la base de la fidelidad de dignidad humana.
¿Cómo nace esta iniciativa?
Nace de una realidad viva, de 45 federaciones que defienden la vida en Europa y son quienes impulsan la Plataforma. En segundo lugar, tiene carácter de permanencia. Queremos hacer lo que no se ha hecho hasta la fecha. Todo depende del núcleo de intelectuales que sepan llevarlo a buen puerto. Porque todo lo que pasa en Europa no puede estar en manos de los partidos políticos.
¿Faltan valores en el mundo cultural y más intelectual?
Lo que creo es que se han quebrado valores dentro de la persona. Hemos ido abandonando referencias permanentes en nosotros mismos. Cuando hablo de la cultura, prefiero referirme a la persona; y sí, creo que hemos destruído referencias permanentes en la persona. Ha habido un nuevo orden mundial que ha tenido la obsesión enfermiza de reemplazar y destruir los valores cristianos, los valores tradicionales y ha creado un cuadro de falsos y nuevos derechos que han avanzado por nuestra comodidad; y ese es el resultado de lo que hoy tenemos.
En el manifiesto dicen que Europa es infiel a la dignidad humana, ¿a qué se refiere?
Europa tiene tres herencias: la filosofía griega, el derecho romano, y el judaismo y cristianismo. Luego hay dos aportaciones propias: la universidad y el Estado de Derecho. Yo creo que Europa, si muere, es por infidelidad a no saber mantener esas herencias recibidas. Pero no hablamos de términos de fe sino de civilización. Desnaturalizamos la persona, la naturaleza humana, inventamos nuevos derechos...
¿Le ha costado encontrar intelectuales que se sumen?
No, no es un tema de cantidad es un tema de autenticidad. Las iniciativas dependen de la autenticidad de las personas. El tema no es que firmen 300 sino que el núcleo de pensadores sea capaz de plantar una semilla, germinar un embrión para que esto en algún tiempo, fructifique.
Nace con el espíritu de permanencia en lo que llaman la «dictadura de lo políticamente correcto». ¿Cómo se va a consiguit?
Es una batalla de David contra Goliat. Evidentemente nosotros somos David. Lo mismo pasó a los padres fundadores de Europa.
Habla de la cristofobia. ¿Tiene solución?
Lo que hay es una obsesión enfermiza de sustituir, remplazar y destruir los valores esencialmente cristianos y europeos en todos y cada uno de los temas. Nosotros hemos creído que la vida es un bien que tiene que defenderse desde el momento mismo de la concepción. Pero hay una obsesión enfermiza de defender lo contrario, de destrucción de lo que es un orden que se asentaba en el mundo.
Hay quien dice que ahí está el progreso...
Es lo que ellos creen. Pero la diferencia es que hoy ya podemos evaluar el resultado de esta sociedad, algo que no podías sostener hace 20 años y a dónde nos ha llevado. Una sociedad no se puede sostener sobre el aborto, la ideología de género, la eutanasia, los vientres de alquiler. La respuesta es que todos nos troceamos, nos separamos más unos de otros, cada día hay más derechas y más izquierdas y ya cada uno solo está de acuerdo consigo mismo.
Dice que este manifiesto es «prepolítico». ¿No han buscado el apoyo de los partidos?
No lo hemos hecho. Hoy dedicarse a la política merece un aplauso. Para mí era más fácil, porque si crees en cosas en seguida tienes adversarios, pero también tienes el reconocimiento de los que piensan que estás haciendo una tarea bien hecha. Hoy nadie valora lo que se hace en política. El partido político tiene casi la obligación de ganar elecciones y tiene que someterse a las encuestas de opinión y les da miedo a separarse de modas que están instaladas en la sociedad. Por eso hace falta defender esas ideas desde lo que yo llamo «pre político». Ojalá haya políticos que se atrevan a vencer el miedo a la moda dominante.
¿Cómo se recupera la moral positiva?
Recuperando el sentido del bien y del mal, saber buscar la verdad y no propagar la mentira. En cada suceso que vivimos en España o Europa hay una verdad o mentira. Por ejemplo: repetimos que hemos derrotado a ETA; pero es una falsa verdad o media mentira. No, lo que ha habido es un proyecto político de ETA que ha creído conveniente dejar de matar y ha encontrado en el Gobierno un instrumento marco.
La inmigración se ha convertido en un problema europeo. ¿Influye esa crisis de valores?
La inmigración y el terrorismo yihadista no se pueden separar de la evolución de nuestra sociedad. Si no tuviéramos crisis de valores tendríamos una capacidad de compartir una política de inmigración, pero no somos capaces porque no tenemos valores compartidos en Europa. No es lo mismo la entrada de una cultura diferente como la islamista en una sociedad fuerte de valores que en una troceada.
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