
Polémica
La justicia europea falla en contra de Von der Leyen por el Pfizergate
Asegura que debería haber divulgado los sms intercambiados con el CEO de la compañía
Fuerte varapalo para la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. El Tribunal General de la UE ha sentenciado en su contra por haberse negado a proporcionar al periódico New York Times los mensajes de texto intercambiados entre Von der Leyen y el entonces CEO del laboratorio Pfizer, Albert Bourla en 2021.
La Comisión Europea aseguraba que no estaba en posesión de estos mensajes, ya que la legislación comunitario no le obligaba a registrarlos. Según argumentó durante la vista de juicio, estos mensajes “hubieran sido registrados si hubieran contenido información que no fuese efímera o si pudieran haber implicado acción o seguimiento por parte de la Comisión”.
Sin embargo, el tribunal europeo desmonta estos argumentos. Primero, recuerda que “por regla general, todos los documentos de las instituciones deben ser accesibles al
público. No obstante, cuando, en respuesta a una solicitud de acceso, una institución afirma que un documento no existe, se presume la inexistencia de este, en virtud de la presunción de veracidad de que goza esa declaración”.
En este caso, la corte europea asegura que “a lo largo de todo el procedimiento, las respuestas proporcionadas por la Comisión en relación con los mensajes de texto solicitados se basan o bien en suposiciones, o bien en informaciones cambiantes o imprecisas. En cambio, la Sra. Stevi y The New York Times aportaron elementos pertinentes y concordantes que describen la existencia de intercambios —en particular en forma de mensajes de texto— entre la presidenta de la Comisión y el presidente y director ejecutivo de Pfizer”.
Por eso, el tribunal asegura que el Ejecutivo comunitario “no proporcionó una explicación plausible para justificar que no estaba en posesión de los documentos solicitados”. Además, la corte incide en que “ la Comisión no aclaró suficientemente si los mensajes de texto solicitados se habían suprimido y, de ser así, si la supresión había sido voluntaria o automática, o si el teléfono móvil de la presidenta había sido sustituido en ese intervalo de tiempo” ni tampoco “por qué consideró que los mensajes de texto intercambiados en el contexto de la compra de vacunas contra la COVID-19 no contenían información importante o que precisara de un seguimiento, cuya conservación debiera garantizarse”.
Durante la pandemia, la Comisión Europea impulsó un sistema de compra conjunta de vacunas entre los Veintisiete. Bruselas firmó contratos confidenciales con varios laboratorios, pero tuvo graves problemas con uno de ellos: AstraZeneca. Para suplir este agujero, decidió solicitar más dosis a Pfizer. Esto hizo que Von der Leyen, en medio de numerosas críticas por el bajo ritmo de vacunación europeo, decidiera hablar de manera directa con el CEO de la compañía para negociar estos contratos.
Esta sentencia no es firme y, por lo tanto, puede ser recurrida por la Comisión Europea.
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