Ministerio de Sanidad
La incógnita de los malos tratos
Nadie sabe aún por qué aumentan o descienden las víctimas de una lacra que se ha cobrado más de 600 vidas desde 2003
La violencia de género no ha copado páginas de los periódicos, programas de radio y horas en televisión, pero sigue siendo un fenómeno casi desconocido. Cierto es que cada año se presentan más de 130.000 denuncias, que el número de víctimas mortales asciende y desciende de forma casi aleatoria cada año y que las víctimas no confían en la Justicia y que por ello no denuncian su situación. Con este punto de partida, llegó Ana Mato al Ministerio de Sanidad y se fijó como prioridad la lucha contra esta lacra que le ha arrebatado la vida a más de 600 mujeres desde 2003, año en el que se comenzó a contabilizar a las víctimas.
Desde ese momento, se ha aprobado una ley, se ha avanzado en la colaboración entre el poder judicial y las fuerzas de Seguridad del Estado, se han abierto más de un centenar de juzgados especializados... Queda mucho por hacer y la prioridad del actual Gobierno es acabar con la desconfianza de las víctimas en las instituciones. Juan Manuel Moreno, secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, considera que una de las claves para lograr avances es conocer la situación en la que nos encontramos: «Tenemos que despolitizar al máximo la violencia de género, porque es un fenómeno que afecta a toda la sociedad. Debemos retirar toda la carga política para lograr una vista sosegada y rigurosa del fenómeno». «Hasta ahora, todas las campañas que se han puesto en marcha tenían un trasfondo más político que social», dijo.
Víctimas informadas
De momento, para concienciar a la sociedad, se ha impulsado la campaña «Hay salida», a coste cero, y preparan otra para 2013 en las mismas condiciones. En cuanto a las disfunciones que generaron tanta polémica con el anterior Gobierno –entre ellas, las polémicas entre el Ministerio de Igualdad y la Justicia–, una de las primeras acciones del departamento dirigido por Ana Mato ha sido coordinar el trabajo de las distintas administraciones, de manera que «hemos conseguido al 90 por ciento trabajar en el mismo objetivo: que la víctima tenga toda la información», explica Moreno.
Para el secretario de Estado, la manera de recuperar la confianza en las instituciones es «acompañar a las víctimas desde el mismo momento en que se rompe la cadena del maltrato y denuncia. Para eso se necesita mucho trabajo a todos los niveles». Para prestar esta atención personalizada, cuentan con un millón de euros procedentes del Fondo Social Europeo.
Después de ocho años de vigencia de la ley, todavía nadie sabe los porqués del aumento o del descenso de las víctimas mortales, la dimensión de la bolsa de maltrato oculta en nuestro país o cómo evitar que las mujeres que deciden dar un paso hacia adelante para denunciar su situación, renuncian al proceso.
Esto ha provocado un cierto desconcierto entre los expertos y las asociaciones. ¿Por qué en el peor año de la crisis, en el que las familias lo están pasando peor, en el que puede haber más tensión entre los miembros de la familia, en el que la información sobre el maltrato ha desaparecido prácticamente de los medios de comunicación, en el que no ha habido campañas de concienciación significativas se va a cerrar con la cifra de víctimas mortales más baja de la serie histórica?
Desde la secretaría de Estado llaman a la prudencia. «Es un fenómeno social en el que influyen mil variables que no son controlables, tanto en el ámbito social, económico o cultural», afirma Moreno. Sin embargo, los datos son esperanzadores: el número de víctimas mortales desciende (46 en 2012, frente a las 61, 73 y 56 de los últimos tres años). Las denuncias se mantienen en torno a las 134.000 anuales, en las cárceles hay más presos que nunca –6.233–, los dispositivos GPS se siguen utilizando –657–, las llamadas al 016 se mantienen en el entorno de las 5.000 mensuales y las familias están cada vez más concienciadas».
Creación de un registro de agresiones
El Ministerio de Sanidad presentará en los próximos meses una nueva estrategia para combatir la violencia de género y fortalecer aquellos aspectos en los que se están detectando problemas.
Los datos de 2012 son esperanzadores: el número de víctimas es el más bajo de la serie histórica, con 46, el número de denuncias se ha estabilizado. En cambio, queda mucho trabajo por hacer. Para conocer mejor la realidad de la violencia de género en España, se comenzarán a contabilizar los ingresos hospitalarios por agresiones que requieran hospitalización y a finales de este mes se podrían conocer las primeras cifras de las mujeres lesionadas. Además, los facultativos informarán a los médicos de atención primaria de los casos en los que, aunque la mujer no lo haya denunciado, detecten evidencias para sospechar que está siendo maltratada. En esta línea, Sanidad trabaja en un convenio con el CIS para conocer cuáles son las necesidades reales de las víctimas de maltrato y se fortalecerá el teléfono de ayuda 016, que tendrá una aplicación on line, en la que se responderá de manera personalizada a cada consulta.
El 25% de los crímenes, en cataluña
En el año en el que menos asesinatos machistas se han producido, destaca el incremento de las víctimas mortales en Cataluña. En un año convulso para la sociedad catalana, una de cada cuatro víctimas mortales perdió la vida en su territorio. Es un dato coyuntural y que los expertos no saben determinar, pero lo cierto es que en la región fueron asesinadas 12 mujeres, un 26,1 por ciento del total, porcentaje que casi duplica el de 2011 (14,8%). Por detrás de Cataluña, figuran la Comunidad Valenciana y Andalucía (13% y seis fallecidas), Madrid (10% y cinco) y Baleares, Canarias y País Vasco (4,3% y dos).
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