La mujer «más fea del mundo» planta cara a los acosadores

Hoy estrena "Un corazón valiente: la historia de Lizzie Velázquez", un documental sobre su vida en el que trata de ayudar a todas las personas que han sido acosadas o intimidadas por su físico.

Lizzie Velásquez no tuvo una adolescencia fácil, algo que se complicó cuando a los 17 años descubrió un vídeo en internet que la calificaba como la mujer más fea del mundo y que lo mejor que podía hacer era suicidarse. Fue un «shock» inesperado, un ataque tan brutal como innecesario. Lizzie tardó un tiempo en asimilarlo, pero después ha dedicado su vida a combatir a las personas que utilizan las redes sociales para, acosar, ridiculizar y despreciar a los demás. Durante los últimos años, Lizzie se ha convertido en una inspiración para muchos. Ha dado charlas motivacionales en las que reinvindica lo diferente, la tolerancia, en las que se ríe de sí misma. Ahora, esta mujer de Texas, lanza un documental para demostrar que todas las personas que han sufrido ataques, tanto personales como a través de las redes sociales, que hay luz al final del túnel. Que se puede superar.

"Yo acepté hacer un documental, pero no quería que se hablara sólo de mí. Tenía que contarle mi historia al espectador, pero el objetivo es que cuando la gente lo vea se identifiquen ellos mismos con mi caso o a sus amigos o familiares.

El aspecto de Lizzie no es casual. Sufre sindroge de progeroid neonatal, un extraño trastorno genético que hace que parezca una anciana. La enfermedad afecta a los músculos, el cerebro, el corazón, los ojos y los huesos y le impide ganar peso. Todo ello ha provocado su aspecto, que se agudiza por su extrema delgadez. Apenas pesa 30 kilos.

A pesar de todo, ella está llena de energía y fortaleza. Le costó dos años aceptar lo que vio en el vídeo y lo que decían de ella en los cientos de mensajes que lo acompañaban. Ahora, sólo espera que hoy se estrene "Un corazón valiente: la historia de Lizzie Velásquez", el documental con el que insiste en la idea de que al otro lado de la intimidación siempre hay una salida y "si yo he sido capaz de encontrarla, espero que los demás también".