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«Escondieron el cuerpo de Nathaly tres horas y lo tiraron a un acantilado»
Detenidos los dueños de una tirolina ilegal en Cuzco por la muerte de la española desaparecida en Perú. Un monitor chocó con la joven en la atracción. Unos turistas alertaron a la Policía
Detenidos los dueños de una tirolina ilegal en Cuzco por la muerte de la española desaparecida en Perú. Un monitor chocó con la joven en la atracción. Unos turistas alertaron a la Policía.
La Policía de Perú detuvo este sábado a dos personas relacionadas con la desaparición de Nathaly Salazar, la turista hispano-ecuatoriana de la que se perdió la pista en Cuzco (Perú) desde el pasado 2 de enero mientras visitaba la zona sur del país. La joven habría fallecido el mismo día de su desaparición mientras practicaba tirolina pese a que el cadáver no fue encontrado en las primeras búsquedas realizadas en el Valle Sagrado de Los Incas.
Los sospechosos son Jainor Huila Huamán, de 19 años, y Luzgardo Pillcopata Amaru, de 21, arrestados en el distrito de Maras, cerca de Cuzco, según recoge el diario peruano «El Comercio» en su edición digital. La Policía, que contaba con la colaboración de dos agentes de la Guardia Civil española, localizó un vehículo con matrícula V1H-337 que buscaban desde el momento de su desaparición. En el mismo estaba Huila, quien no opuso resistencia. El sospechoso, «al saber sobre las consecuencias que acarrearía el faltar a la verdad u ocultar información» aceptó su implicación «de forma accidental» junto a Pillcopata en la muerte de Salazar. Por temor a las consecuencias, ambos decidieron no informar a las autoridades y arrojar el cadáver a las aguas del río Vilcanota-Urubamba a la altura de la torre de energía eléctrica Macchupicchu Cachimayo entre las 18:30 y las 19:00 horas de ese 2 de enero.
«Aquel día mi hermana coincidió en esa atracción turística –que allí llaman canopy– con una familia de turistas», explicó a LA RAZÓN Tamara Salazar, hermana de la víctima. «A ellos les tocaba subir después. Empezó a llover, los niños se pusieron ansiosos y Nathaly les cedió el turno. Después, se quedó sola con otro monitor. Mi hermana subió al canopy y descendió. El monitor bajó al mismo tiempo, pero cogió mucha velocidad y acabó estampándose contra ella».
Los detenidos confesaron que la joven falleció en el acto tras el accidente y que tiraron su cadáver al río Vilcanota por un acantilado por temor a las posibles represalias. El monitor que sufrió el golpe, en cambio, tenía una ceja partida y un brazo dislocado. Según Tamara, «cuando llegó el otro, cogieron el cuerpo, lo escondieron durante tres horas y después lo tiraron a un acantilado».
Fue precisamente la familia que coincidió con la joven en el canopy la que se puso en contacto con el consulado, tras ver las fotos de la desaparecida en prensa. Así, les hicieron llevar fotos de la atracción en las que se veía a los ahora detenidos. Posteriormente, dos policías se hicieron pasar por turistas y los detuvieron. «Han desaparecido seis personas en un mes en Cuzco, muchos de ellos turistas. Este tipo de gente no tiene licencia, son compañías ilegales. Querían ocultar las evidencias», dijo Tamara. Ahora, la familia de la joven solo cuenta con la esperanza «de encontrar el cuerpo de mi hermana lo antes posible. Va a ser muy difícil porque ha habido muchas lluvias y los ríos están muy caudalosos. Ya no puedo ni llorar de la impotencia que siento».
Nathaly, de 28 años, partió de Valencia para el 23 de diciembre para cumplir su sueño de mochilera: recorrer América Latina. Aterrizó en su Ecuador natal y, a mitad de noviembre, se dirigió a Perú, donde se le perdió la vista: el pasado 2 de enero abandonó el hostal Pariwana de Cuzco para visitar las ruinas de Moray. Vestida con una chaqueta rosa, «leggins» negros y una pequeña mochila, solo se llevó algo de dinero y su pasaporte, dejando en su habitación el resto de pertenencias. Sin embargo, no regresó y su teléfono móvil permaneció desconectado desde entonces.
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