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La tragedia de no tener nada que llevarse a la boca

Vista de la puerta precintada de la vivienda en la localidad sevillana de Alcalá de Guadaira donde residían el matrimonio fallecido y sus dos hijas,
Vista de la puerta precintada de la vivienda en la localidad sevillana de Alcalá de Guadaira donde residían el matrimonio fallecido y sus dos hijas,larazon

Días después del trágico suceso de Alcalá de Guadaíra –Sevilla–, en el que murieron tres miembros de una familia por ingerir alimentos en mal estado, vamos conociendo un poco mejor a esta familia que la crisis se ha llevado por delante. Se trata de un matrimonio, Enrique Caño y Concepción Bautista, de 61 y 50 años respectivamente, que se trasladó hace unos años a la localidad sevillana desde Logroño en busca de una vida mejor. Ambos tenían dos hijas en común de 13 y 14 años. La menor de la familia es la única superviviente y todavía permanece ingresada en la unidad de cuidados intensivos (UCI) del Hospital Infantil Virgen del Rocío de Sevilla, aunque evoluciona favorablemente y se espera que pase a planta en las próximas horas.

Él, fontanero de profesión, llevaba varios años en paro y se ganaba la vida haciendo pequeñas chapuzas a vecinos del barrio y recogiendo cartón. De hecho, son muchos los que veían al matrimonio salir de casa cada día a las 07:00 horas de la mañana con su furgoneta para recorrerse todo el pueblo hasta altas horas de la noche con el único objetivo de llenar su vehículo y poder ganar una cantidad que oscilaba entre los 10 y los 12 euros diarios. El pasado mes de octubre Enrique había solicitado en las oficinas de empleo de su localidad la prestación por desempleo, que ronda los 400 euros. Sin embargo, nunca llegó a cobrar este subsidio, con el que posiblemente esta tragedia podría haberse evitado. Los vecinos de la barriada están consternados y aseguran que esto podría pasarle a cualquiera de ellos que viven en las mismas condiciones.

Escarbando en la basura

Esta familia había sido desahuciada de la casa en la que vivían en la actualidad por impago. Pero seguían residiendo allí. En este barrio, en el que muchos de los vecinos también han sido desahuciados viven muchos familias con el agua y la luz «trucados», puesto que no cuentan con el dinero necesario para dar de alta los servicios. Los vecinos conocían la difícil situación económica del matrimonio, que debía más de 1.000 euros de comunidad. Una situación tan precaria que supuestamente los obligaba a buscar comida en los contenedores de los supermercados al final del día. Algunos vecinos los habían visto escarbando entre restos de basura, pese a que intentaban hacerlo de una forma muy discreta, ya que no es algo a lo que una familia que hasta hacía unos años había vivido de una manera normal se acostumbre.

La madrugada del pasado viernes empezaron a sentir molestias y a las 02:55 horas decidieron llamar al centro coordinador de Urgencias y Emergencias sanitarias de Sevilla aquejados de un cuadro de náuseas y fuertes vómitos. En ese mismo instante se envió un Equipo Móvil del Dispositivo de Cuidados Críticos de Urgencias de Alcalá de Guadaíra compuesto por un médico, un enfermero y el conductor, que se trasladó hasta el número dos de la calle Pesadora del marginal barrio de la Rabesa, lugar en el que atendieron a todos los miembros de la familia Caño.

Al producirse un agravamiento de los síntomas, el mismo centro recibió una segunda llamada y volvió a enviar a una ambulancia al domicilio y allí se encontraron a los dos adultos en estado grave y a la hija mayor, de 14 años, en parada cardiorespiratoria. Al ver la gravedad de la situación, el equipo sanitario solicitó de inmediato una segunda ambulancia que trasladó a los padres y a la hija de 14 años al Hospital Universitario de Valme, donde fallecieron por la tarde.

La familia de los fallecidos se encuentra bastante molesta con las diferentes informaciones que se están publicando en los medios de comunicación. El hermano de Concepción, José Antonio Bautista, ha comunicado que están pensando denunciar al Servicio Andaluz de Salud por una posible negligencia médica. Así, alegan que cuando la ambulancia asistió a sus familiares debería habérselos llevado al hospital directamente y no esperar a la segunda llamada, en la que los síntomas se habían agravado. Y es que una actuación más rápida por parte de los miembros del Samur podría haberles salvado la vida, según el hermano de la fallecida. Por otro lado, José Antonio quiso dejar claro que su familia nunca ha recogido comida de los contenedores de basura de los supermercados. Además, el hombre fallecido tenía dos hijos más de un matrimonio anterior. Un varón que reside en la Comunidad Valenciana y una mujer que vivía a pocos metros de la vivienda en la que ocurrieron los hechos. Ella, ya ha anunciado la intención de hacerse cargo de su hermana cuando ésta se recupere y le den el alta hospitalaria.

Los investigadores de la Red de Alerta de Salud Pública están tratando de averiguar las causas reales de la intoxicación, aunque se baraja la hipótesis del consumo de pescado en mal estado. Todo el proceso se encuentra bajo secreto de sumario, y es instruido por el Juzgado de Instrucción número dos de Alcalá de Guadaíra.

No pedían ayuda a los servicios sociales

No eran usuarios habituales de los servicios sociales del Ayuntamiento, aunque el padre sí acudió en octubre para solicitar el salario social. La concejala de Asuntos Sociales de Alcalá de Guadaíra, Mariló Gutiérrez, pide «prudencia» hasta que se conozcan las causas exactas de la muerte de estas tres personas, aunque en el barrio todos sabían que la familia tenía carencias básicas. No obstante, Gutiérrez defiende la red de asistencia social existente en el municipio, dividido en cuatro zonas con sus respectivos trabajadores sociales que atienden los casos más urgentes, pero «nunca es suficiente». El alcalde, el socialista Antonio Gutiérrez Limones, se ha interesado por este suceso y acudió al Hospital Infantil Virgen del Rocío para conocer el estado de la joven superviviente y al tanatorio para dar el pésame a los familiares. Ayer convocó a los portavoces de los grupos políticos para decretar tres días de luto oficial, quedando suspendidos asimismo los actos oficiales. Gutiérrez garantizó que el Ayuntamiento prestará toda la ayuda que necesite la joven, que a mediodía de ayer todavía no sabía que sus padres y su hermana habían fallecido. El consistorio correrá con los gastos de los entierros, informa Juan Diego Márquez.