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La voz de Marina acusará a Morate en el juicio
En un audio se escucha a la joven ucraniana manifestando a una amiga rusa que su ex novio y presunto asesino la estaba acosando
En un audio se escucha a la joven ucraniana manifestando a una amiga rusa que su ex novio y presunto asesino la estaba acosando
La acusación por parte de la familia de Marina Okarynska, la joven ucraniana de Cuenca que fue asesinada junto con su amiga Laura del Hoyo en agosto de 2015, ha aportado una grabación en la que Marina deja claro que su presunto asesino la estaba acosando, según aseguraron a LA RAZÓN fuentes próximas al caso. Se trata de una grabación en ruso, que se está traduciendo en la actualidad, y que fue hecha con el móvil por una amiga rusa de Marina justo un día antes de que la joven asesinada se fuera a Ucrania, país en el que después se casó. En el audio aportado, Okarynska le da a entender a su amiga que su ex novio, Sergio Morate, la estaba acosando. Con el fin de aportar más peso a esta prueba, también se ha hecho entrega del testimonio de la amiga rusa aseverando que la grabación es suya, añaden las mismas fuentes. Falta saber los motivos que llevaron a esta joven a grabar en audio a su amiga, pero a priori todo apunta a que los temores de Marina se habrían hecho ya mayores o que el acoso era insoportable.
Con ambas pruebas, se pretende demostrar el motivo que llevó presuntamente a Sergio Morate a acabar con la vida de las dos jóvenes de Cuenca: los celos y la no aceptación de que su relación con Marina había terminado para siempre. Una ruptura que, tal y como ya se ha ido publicando en la prensa, tuvo lugar en enero de 2015. La joven ucraniana zanjaba la relación que había mantenido durante cinco largos años con Sergio Morate. Pasaron los meses y ese mismo año Marina contrajo matrimonio. Así lo atestiguan unas fotos que fueron publicadas el 9 de julio del pasado año en la red social rusa «Odnoklassniki» y que confirman que la fallecida ex novia de Morate se había casado con otro hombre.
Se trata, por tanto, de una prueba, si no clave bastante importante, ya que en ella se demuestra que la joven empezaba a encontrarse afligida por el acoso al que Morate le estaba sometiendo. Y es que los investigadores están convencidos de que Sergio estuvo durante meses pensando en cómo acabar con la vida de su ex novia, y que habría adquirido la cal, las bolsas de basura y demás enseres para sus brutales crímenes en una tienda de chinos. Un dato que intentaron comprobar con las cámaras de seguridad de la tienda, pero finalmente no obtuvieron ningún resultado, ya que las cámaras no funcionaban. Por lo tanto, cualquier detalle resultará clave para demostrar la autoría de los asesinatos. Y que, a priori, los análisis realizados a los vehículos que usó el imputado por ambos crímenes no han arrojado pruebas determinantes. En concreto, tal y como ya publicó este periódico en octubre, los agentes de Policía, tras «escanear» la ropa, los zapatos y el cubo de la basura del piso que el presunto asesino tiene en la urbanización Ars Natura, en Cuenca, se llevaron al imputado a dependencias policiales donde analizaron un vehículo rojo de un amigo, no el suyo verde, con él delante.
Marina y Laura desaparecieron el jueves 6 de agosto. Lo último que se sabía de ellas es que, a eso de las 17:00 horas de aquel día, habían ido a casa del imputado para recoger unas pertenencias. Tras varios registros, se cumplieron los peores pronósticos. Un agricultor localizaba días después, el 12 de agosto, los cadáveres de las dos jóvenes en las proximidades del nacimiento del río Huécar, a unos tres kilómetros de Palomera, término al que se llega desde Cuenca en 25 minutos en coche, donde Morate los habría llevado presuntamente con el vehículo rojo de su amigo. Sus cuerpos estaban semienterrados en una zona escarpada de difícil acceso. Tiempo después Sergio Morate era detenido en Rumanía. Habían transcurrido 21 días desde que supuestamente cometió sus macabros crímenes. Tras aprobarse su exportación, una vez que llega a España, los dos policías que le acompañan desde que salió del avión aseveran que, «sin violar el artículo 520 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, Morate se va de la lengua. Hace confidencias sobre los asesinatos y les da detalles de la cal» que presuntamente usó en los crímenes.
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