Rusia
Las 500 familias afectadas deberán esperar varios meses para reiniciar los procesos
El acuerdo bilateral deberá ser ratificado por los dos países
La decisión del Tribunal Supremo de cambiar las reglas del juego en materia de adopción ha elevado la tensión, los nervios y las noches sin dormir de las 500 familias que están a la espera de adoptar a un niño ruso -de las que más de 150 ya lo conocen y han podido convivir con él- y la prolongará durante meses. Lo peor para estas familias es la incertidumbre. Muchas de ellas, con juicios pendientes han retirado la documentación, otras se plantean viajar a Rusia para continuar el proceso y probar suerte. Lo cierto es que la diligencia con la que han actuado las autoridades españolas no evitarán que el proceso se alargue durante meses. En el caso de que, como está previsto, se llegue a un acuerdo por parte de ambos países la semana que viene, dicho pacto deberá ser ratificado por las instancias políticas de las dos naciones afectadas. En España, deberá pasar por el Consejo de Ministros y por el Congreso de los Diputados, dos meros trámites que llevaría un mínimo de dos meses, pero que con el interés mostrado por el Gobierno de Mariano Rajoy podría acortar los plazos a la mitad. En el caso de Rusia, la incertidumbre es mayor, porque depende de la celeridad con que quieran solucionar el problema. A tenor de los últimos acontecimientos, todo parece indicar que el Ejecutivo de Vladimir Putin pretende regularizar la situación de los menores cuanto antes, lo que facilitaría la ratificación del acuerdo, su entrada en vigor y el fin del sufrimiento de las familias y de los niños afectados que, en muchos casos ya consideran a sus padres adoptivos su única familia.
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