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Los grillos saltan a su plato

Acaban de llegar al supermercado y nos decidimos a probarlos. Elegimos la opción barbacoa. Son crujientes y su textura no es del todo agradable. Eso sí, aportan proteínas y hierro, pero son caros: 14 gramos a siete euros.

¿Un manjar? Carrefour puso ayer a la venta en los supermercados españoles diez artículos elaborados con insectos o con harina de artrópodos, como snacks, pasta y granolas.
¿Un manjar? Carrefour puso ayer a la venta en los supermercados españoles diez artículos elaborados con insectos o con harina de artrópodos, como snacks, pasta y granolas.larazon

Acaban de llegar al supermercado y nos decidimos a probarlos. Elegimos la opción barbacoa. Son crujientes y su textura no es del todo agradable. Eso sí, aportan proteínas y hierro, pero son caros: 14 gramos a siete euros.

¿Se atrevería a comer gusanos de la harina? ¿Y si estuvieran condimentados? Pues ya puede añadirlo a la cesta de su compra. Carrefour se ha embarcado en la comercialización de insectos. Ayer mismo todo aquel que se acercara a una de sus superficies podía comprar grillos con cebolla ahumada, barritas de chocolate con polvo de grillo o gusanos deshidratados picantes. Este periódico compró ayer un paquete de grillos con cebolla ahumada BBQ. Saben a barbacoa, que mata el sabor del grillo si es que lo tuviera. Se quedan partes de los insectos entre los dientes, o ésa es la sensación que da. Por cierto, la mayoría de los compañeros de la redacción no se atrevió a probarlos. Y eso que les aseguramos que han sido elaborados en Europa, en concreto, «por la empresa francesa Jimmini’s», explican a este periódico desde Carrefour.

Desde el pasado 1 de enero, la UE permite la comercialización de insectos para el consumo humano. Esto explica que cada vez haya más restaurantes y webs con este ¿manjar?

Y ahora también grandes superficies. La iniciativa se ha lanzado sólo en España, al menos de momento, explican desde Carrefour, que si bien aún no tienen hecha una estimación sobre la previsión de ventas de este alimento, que podría implantarse en los hogares como pasó con el sushi. De hecho, el consumo de insectos es una tendencia en alza. Según la FAO, más de 2.000 millones de personas los consumen.

¿Recuerdan cómo se vendieron los transgénicos? Se pasó de ser un aval para garantizar la seguridad alimentaria en aquellos países con déficits de alimentos a su generalización. Pues bien, ya en 2004, la FAO explicaba que los insectos «deberían tenerse en cuenta como recurso para incrementar la seguridad alimentaria en los países de África central». Y es que puede que la entomofagia (ingesta de insectos) se implante también en Europa, quizá no los tome «en fresco», pero en unos años podría estar muy presente en los piensos animales para aves de corral o doradas de acuicultura. ¿Cuáles son los pros y contras de la mosca soldado negra, la común, el grillo doméstico, el rayado, el bicolor o el gusano de la harina? Los insectos se reproducen rápidamente, por lo que su cría lo convierten en un aliado para alimentar a los casi 9.000 millones de personas que seremos en 2030.

Desde la FAO destacan que son muy eficientes en la conversión de alimentos por ser especies de sangre fría. De media, «pueden convertir 2 kg de alimento en 1 kg de masa de insecto, mientras que el ganado requiere 8 kg de alimento para producir 1 kg de aumento de peso (una vaca come mucho pasto para engordar)». La FAO también destaca que «los gases de efecto invernadero (GEI) producidos por la mayoría de insectos son probablemente inferiores a los del ganado convencional. Los cerdos, por ejemplo, producen entre 10 y 100 veces más GEI por kg de peso». A eso se suma que pueden alimentarse de residuos alimentarios, abono, estiércol... y que necesitan menos agua. Los gusanos de la harina, por ejemplo, son más resistentes a las sequías que el ganado.

Pero, ¿cuáles son sus beneficios para la salud? La FAO sostiene que proporcionan proteínas y nutrientes. Contienen niveles elevados de ácidos grasos, son ricos en fibra, hierro, magnesio, etc. En este sentido, la doctora Sònia Cibrián, de MediQuo, explica que, «aunque depende del insecto, en general contienen una proporción de agua, que varía entre el 57 y el 75%, y los que contienen menos agua suelen contener una proporción más elevada de grasa (la composición de grasa varía del 13,4 al 33,4%, siendo las termitas, los gusanos y los huevos de hormigas los insectos con mayor proporción de grasas). Además, en general, las hembras tienen más proporción de grasa que los machos. En cuanto a las proteínas, su porcentaje varía entre en 14 y el 24%. Es su mayor interés nutricional, ya que aportan gran variedad de aminoácidos esenciales. Su digestibilidad es del 76 al 98% (la de la proteína del huevo es del 97% y la de la leche del 95%). Los insectos tienen alto contenido en hierro y zinc».

Y si a alguien se le ocurre llevar una dieta basada únicamente en insectos, recuerde que «los peligros son los mismos que hacer cualquier dieta restrictiva. No podemos dejar de tomar otros grupos nutricionales como verduras, frutas o carbohidratos».

Desde la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), expertos como Katherine García Malpartida desaconsejan su consumo en niños y mujeres embarazadas o en periodo de lactancia. Tampoco a las personas con alergia a crustáceos o múltiples alergias, al desconocerse su potencial alérgeno.

El temor, la transmisión de enfermedades. Ahora bien, los insectos plantean un riesgo reducido de transmisión de enfermedades zoonóticas, según la FAO. De hecho, no se conocen casos de transmisión de enfermedades a humanos por su consumo. «La presencia de priones –agente infeccioso que produce alteraciones neurodegenerativas contagiosas– en insectos es igual o inferior a las actuales fuentes de proteína de origen animal, según un estudio de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA)», tal y como publicó José María Ferrer, jefe del Departamento de Derecho Alimentario en Ainia, centro tecnológico.

Su precio es bastante elevado: 14 gramos de grillos BBQ cuesta 7 euros; es decir, 500 euros el kilo. Los gusanos al ajo son más baratos: 18 gramos, 7 euros. El kilo saldría a 388 euros.