Mata a su esposa y a su bebé y después se ahorca

Llevaba cinco o seis días sin tener noticias de su hija. Alertada, la abuela llamó el pasado 31 de diciembre por la tarde a emergencias. Pero ya nada se podía hacer por su hija ni por su nieto.

Llevaba cinco o seis días sin tener noticias de su hija. Alertada, la abuela llamó el pasado 31 de diciembre por la tarde a emergencias. Pero ya nada se podía hacer por su hija ni por su nieto. Su yerno, un hombre de 35 años, llamado Lukasz Nadolski, había matado, presuntamente, a su esposa, de 31 años, y a la hija de ambos, de entre ocho y nueve meses, y posteriormente se ha suicidado en una vivienda de Torrevieja (Alicante). Según informaron ayer a LA RAZÓN fuentes próximas a la investigación, los agentes de la Guardia Civil que entraron en la vivienda se encontraron «los cuerpos de la madre y del bebé envueltos en una manta» y a Lukasz «ahorcado». A la espera de que la autopsia revele cómo se cometieron los crímenes y de que se levante el secreto de sumario, todo apunta a que fue por asfixia.

Los hechos tuvieron lugar en un cuarto piso de una vivienda de alquiler situada en la calle Ramón Gallud, donde la pareja, no residía permanentemente, ya que alternaban temporadas en esta población del sur de Alicante con su país natal.

En Torrevieja hay una numerosa colonia polaca con aproximadamente 2.000 personas procedentes de ese país, según relató a Efe el alcalde, José Manuel Dolón, quien se ha mostrado «consternadísimo» y «totalmente roto» por lo sucedido. La presencia polaca en esta localidad se remonta a poco después de la Segunda Guerra Mundial y la ocupación soviética, cuando un centenar de matrimonios polacos de alto poder adquisitivo, principalmente comerciantes, se asentaron en una urbanización. En las últimas décadas han llegado muchos más atraídos por la hasta hace poco floreciente industria de la construcción y aunque tras la crisis muchos se han marchado, otros han continuado y han propiciado que haya «polacos de segunda generación».

Para reflejar esta «relación bastante estrecha», el alcalde precisó que en la parroquia de San Roque y Santa Ana todas las semanas se celebran misas oficiadas por curas polacos en ese idioma. En el caso de esta familia, según el párroco de la iglesia San Pedro y San Pablo, precisó a este periódico que la familia fallecida «no venían mucho por aquí». No obstante, el cura conocía ciertos detalles de esta familia, como «que no llevaban mucho tiempo en España, ya que llegaron en octubre», y por lo que sabían los parroquianos «su estancia era algo temporal».

El crimen se conoce días después de que el Centro de Búsqueda de Desaparecidos de Polonia difundiera a través de las redes sociales una alerta.