30.000 firmas contra el lanzamiento de la pava de Cazalilla

El Partido Animalista (Pacma) ha recogido ya más de 30.000 firmas contra el lanzamiento desde el campanario de una iglesia de la pava de Cazalilla (Jaén) en la festividad de San Blas, que se celebra el 3 de febrero, una tradición por la que es multada una persona con 2.001 euros, informa Efe.

Manuel Serrano, coordinador provincial de Pacma en Jaén, ha explicado en declaraciones a Efe, que la idea es presentar todas las firmas, el próximo 1 de febrero, en la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía en Jaén y en la Delegación Territorial de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, porque ellos son a los que les correspondería imponer la sanción si se lanzara la pava.

«Tenemos el problema de que el responsable de poner la sanción, el actual delegado de Agricultura, es el antiguo alcalde de Cazalilla, que públicamente ha manifestado en varias ocasiones que ha participado en la cuestación popular para abonar la sanción que se le ha impuesto a la persona responsable de lanzar la pava en años anteriores», ha señalado Serrano.

En este sentido, ha añadido que cree que si se lanza la pava volverán a imponer una sanción mínima, «por lo que el carácter disuasorio que la ley establece a la hora de imponer las sanciones no se va a poder llevar a cabo».

«Cuando se establece de 2.000 a 30.000 euros de multa y se impone la sanción mínima, de carácter disuasorio, para nada», ha asegurado.

Los representantes de Pacma han solicitado también una audiencia al obispo de Jaén, Ramón del Hoyo, ya que la iglesia desde donde se lanza la pava pertenece a la Diócesis de Jaén.

Lo que pretenden es que se evite el acceso al campanario para el lanzamiento, y que el obispo «se comprometa un poco con nosotros, con lo que dice el Papa Francisco en su ultima encíclica, que no es condición humana el maltratar a los animales».

Las firmas se estás recogiendo a través de la página web de Pacma y todo está canalizado a través del partido animalista, «un poco como ocurrió con el toro de la vega».

Cada 3 de febrero, en la fiesta de San Blas, una pava, atada por las patas, es arrojada a una plaza abarrotada de público desde el campanario de la iglesia de Santa María de Cazalilla, una localidad de unos 850 habitantes.

La persona que se hace con el animal se compromete a cuidarla durante el resto del año, en un acto que según la tradición conmemora el final de las disputas entre dos familias del pueblo.

EFE