Catástrofes y Accidentes

El 54% de los incendios son detectados por los ciudadanos

Los incendios forestales se detectan en la mayoría de los casos gracias a la colaboración ciudadana (en el 54% de los casos), aunque también desde los puntos de vigilancia ubicados en zonas de arbolado o a través de los vigilantes o agentes forestales de las comunidades autónomas. El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente destacó este dato en un comunicado, en el que informó de su protocolo de movilización de medios de extinción aéreos y humanos, para apoyar a las comunidades autónomas en la lucha contra los incendios forestales, de los que el 95% se debe a actividades humanas.

Medio Ambiente destacó que la eficacia y la inmediatez son las claves para el despliegue de medios de extinción de incendios forestales, que están desplegados en 36 bases distribuidas por todo el territorio español, cuya distribución, aprobada por el Comité de Lucha contra Incendios Forestales y por el Consejo de Ministros, responde a principios de frecuencia y riesgo de incendios y facilita su pronta respuesta ante cualquier conato de fuego. El operativo de Medio Ambiente cuenta con 67 medios aéreos (uno más que el año pasado, tras la adquisición de un nuevo avión anfibio), de los que 22 son medios propios (18 aviones anfibios y 4 helicópteros de vigilancia) y 45 corresponden a medios contratados. Los medios aéreos se complementan con un apoyo terrestre formado por 545 profesionales cualificados, integrados en 10 Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales, así como por 11 Unidades Móviles de Meteorología y Transmisiones. Todos ellos están interrelacionados y coordinados desde el Centro de Coordinación de la Información Nacional sobre Incendios Forestales, encargado de la movilización de los medios.

Protocolo

El Protocolo de Medio Ambiente establece que, conocido el conato de incendio, y si éste se ha originado en un perímetro inferior a 50 kilómetros de la ubicación de una de las bases del ministerio, la base, en colaboración con la comunidad autónoma correspondiente, puede enviar de forma preventiva medios aéreos y brigadas, salvo los aviones anfibios de gran capacidad. Este tipo de operación se denomina "despacho automático", que el técnico de base comunica también, de forma inmediata, a la Central de Coordinación del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, en Madrid.

Esa agilidad en la respuesta ha potenciado que el 66% de los incendios no pasen de conatos. Así, durante las últimas campañas estivales se ha constatado que, en los medios estatales, el tiempo de llegada del primer medio de extinción es inferior a los 15 minutos en el 46% de los incendios y no sobrepasa la media hora en el 81% de los casos. Por otro lado, cuando el incendio reviste mayor gravedad, se constatan dificultades para su extinción o se prevé que pueda aumentar, las comunidades autónomas solicitan medios complementarios

a la Central de Coordinación para que ayuden a los dispositivos regionales.

Este proceso, denominado "ataque ampliado", conlleva la autorización del envío de medios por parte del técnico de guardia de la Central de Coordinación, que contacta con las bases ubicadas en las distintas comunidades autónomas para que se proceda al despliegue de los medios asignados. El técnico de guardia, especialista en esta materia, es el que decide, según la simultaneidad de incendios y la movilización de medios que ocurra en ese momento, las bases desde las que se desplegarán los medios aéreos o humanos solicitados, para que el apoyo sea lo más rápido y eficiente.

En el momento en que los medios del ministerio se desplazan a la localidad afectada, se ponen bajo las órdenes del jefe de extinción de incendios de la comunidad autónoma, aunque es la Central de Coordinación la que está pendiente de los medios enviados, controla los turnos y el envío de efectivos para reemplazar a los que han cubierto sus tiempos de trabajo. En coordinación con las comunidades autónomas, se decide también si, dada la importancia del incendio, algunos medios deben pernoctar en la zona o su desmovilización cuando la evolución de las llamas lo permite.