Vacunas
La vacuna española contra la leishmania llega a Europa
LetiFend será el primer fármaco contra la enfermedad canina en distribuirse en el continente. Esta patología afecta al 50% de los perros.. El gasto medio anual para su cuidado ronda los mil euros
LetiFend será la primera vacuna contra la leishmaniosis canina en distribuirse por Europa. A través del acuerdo firmado por los laboratorios españoles que la han creado, LETI, y la multinacional MSD Animal Health, se gestionará su comercialización a partir del mes que viene en Francia, Italia, Grecia y el Reino Unido. Laboratorios Leti mantendrá la gestión en España y Portugal, donde se lleva comercializando desde enero.
La leishmaniasis o leishmaniosis canina es una enfermedad global potencialmente letal tanto para los animales caninos como para el ser humano. Jaime Grego, presidente de Laboratorios LETI, explica que la enfermedad es endémica en más de 80 países y que «se dan alrededor de dos millones de nuevos casos en humanos cada año, un 90% de ellos en Bangladesh, India, Etiopía, Sudán o Brasil». En España se detectó en 2011, en el municipio madrileño de Fuenlabrada, el mayor brote de leishmaniasis en humanos de la cuenca mediterránea. La amenaza permanece latente hoy día y a los 672 españoles infectados hay que sumarles los cinco casos de este año.
Catalogada como una de las «enfermedades olvidadas» por la Organización Mundial de la Salud, hasta ahora la leishmania contaba con pocas posibilidades de tratamiento. Antes de Letifend tan sólo se habían desarrollado dos vacunas contra la leishmaniasis, una en Brasil y Canileish en Europa. No obstante, desde su comercialización en España en 2012, Canileish recibió numerosos comentarios negativos acerca de las reacciones adversas que producía en algunos perros. Los usuarios se quejaban de que en el folleto de Virbac –la farmacéutica de Canileish– no se aportaba ninguna información sobre sus posibles efectos adversos. La considerable suma de quejas se materializó en la petición de Ana Villalba que, mediante la plataforma Change.org, pedía que la vacuna se retirase del mercado «y se dejase de hacer daño a los perros». «Somos propietarios de perros afectados o muertos después de la administración de Canileish», comenzaba la demanda firmada por cerca de 25.000 personas que, finalmente, recibió el apoyo de la Agencia Española del Medicamento.
Fernando Ribas del Río, director de la Clínica veterinaria San Jorge en Ibiza –una de las zonas más afectadas por el mosquito que transmite la leishmania–, asegura que, desde la aparición de Letifend, la anterior vacuna ha ido desvaneciéndose del mercado de forma progresiva y terminará por desaparecer. «Con el nuevo procedimiento no se introduce ningún fragmento de leishmania ni de parásitos muertos o modificados en el perro y disminuyen así los efectos secundarios derivados de su aplicación». El presidente de LETI ratifica que «su seguridad es excelente, al no incluir ningún adyuvante en su formulación», y además calcula que «posee una eficacia del 72% en la prevención de la enfermedad». Por otro lado, Ribas del Río asegura que su eficacia global será incluso mayor, ya que desde las clínicas veterinarias recomiendan combinarla con preventivos como el collar antimosquitos y las pipetas.
Las últimas publicaciones indican que, en la región mediterránea de Europa, los perros afectados por leishmania alcanzan ya los 2,5 millones. En España, Ribas del Río sitúa la tasa de afectación entre el 10 y el 12% y la de infectación en un 50%. Es decir, uno de cada dos perros posee la enfermedad, aunque no llegue a desarrollarse en él.
El caso de Candela
Candela era tan sólo la sombra de lo que fue: un bulto negro que vagaba sobre un tejado de ladrillos rojos. Consumida por el hambre, la rottweiler llevaba siete años encerrada en una azotea de Vélez-Málaga. Cuando el sol del sur se tornaba asfixiante, Candela trataba de guarecerse a la sombra de una pequeña esquina, pues el calor le provocaba un picor insoportable en la piel, comida por los parásitos. Además del grave estado de desnutrición y una conjuntivitis que le había provocado ceguera, Candela padecía leishmaniosis en fase avanzada. Un vecino interpuso la denuncia y, la propietaria, una mujer de 56 años, fue detenida por un presunto delito de maltrato animal. Candela ha pasado un mes en un hospital veterinario y se encuentra recuperada físicamente. Ahora queda reparar el enorme daño psicológico que le pueda haber causado esta terrible experiencia. Si el vecino no hubiera alertado a los Cuerpos de Seguridad del Estado, es posible que una leishmaniosis sin detectar y tratar durante años, hubiera provocado la muerte de Candela. Por ello, noticias como el desarrollo, distribución y expansión por Europa de Letifend son tan importantes y suponen un avance tan significativo para el bienestar del mejor amigo del hombre.
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