Países Bajos
Los árboles tropicales no crecen más pese al aumento de CO2
En los últimos 150 años ha aumentado un 40% el dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera. Los científicos han comprobado en numerosos experimentos que el incremento de este gas tiene un efecto positivo para el crecimiento de las plantas. En teoría, el aumento de CO2 en la atmósfera podría haber estimulado el crecimiento de los árboles tropicales gracias al aumento de las tasas de fotosíntesis y a la reducción del uso de agua. Como consecuencia, si los bosques tropicales tienen más biomasa, podrían estar mitigando el cambio climático al capturar en una mayor proporción el principal gas de efecto invernadero.
Sin embargo, una investigación que publica Nature Geoscience cuestiona esta hipótesis al analizar la anchura de los anillos de los troncos en árboles en Bolivia, Camerún y Tailandia, una medida que ha permitido comprobar que el crecimiento esperado no se está produciendo.
Los troncos de los árboles dibujan un anillo cada año y su espesor ofrece información sobre su crecimiento. «Nuestra investigación muestra que la idea de que el aumento de CO2 ha estimulado el crecimiento de los árboles de los bosques tropicales puede ser demasiado optimista», afirma Peter van der Sleen, científico del Instituto Boliviano de Investigación Forestal y de la Universidad de Wageningen (Países Bajos). En cambio destaca que sí ha propiciado una mayor eficiencia en el uso del agua por parte de los árboles.
Los bosques estudiados son muy diferentes, sobre todo porque en Camerún las precipitaciones anuales son el doble que en Bolivia y Camerún. En estos dos últimos países «esperábamos encontrar una fuerte estimulación del crecimiento», pero los resultados son iguales en los tres casos. El ahorro de agua hace que los árboles sean más resistentes al estrés hídrico, pero no se observa un mayor crecimiento en los últimos 150 años.
Factores que impiden el crecimiento
«Los efectos positivos de niveles elevados de CO2 sobre el crecimiento de las plantas están bien establecidos experimental y teóricamente», recuerda van der Sleen, pero probablemente, otros factores están limitando el crecimiento del árbol tropical.
Uno de ellos podría ser la disponibilidad de nutrientes en el suelo. «Si no hay más nutrientes, el aumento de CO2 podría tener poco efecto», asegura. Otra causa puede ser un aumento de la temperatura de las hojas, que interfiere en el proceso de fotosíntesis y, por lo tanto, en la generación de biomasa: el aumento de la temperatura ambiente junto con una menor refrigeración de las hojas por evaporación podrían provocar este efecto.
Por su parte, Pieter Zuidema, científico de la Universidad de Wageningen e investigador principal en este trabajo, destaca que las conclusiones son relevantes para la discusión sobre «si los bosques tropicales están compensando parcialmente las emisiones antropogénicas de CO2 gracias a que están creciendo más».
Los resultados sugieren que esto podría no ser cierto. Esta información tiene una importancia fundamental en el ciclo del carbono, que involucra cualquier transformación química relacionada con el carbono y que, en el conjunto del planeta influye directamente en la regulación del clima.
Sin embargo, advierte de que este estudio se ha centrado en el crecimiento de los árboles a través del análisis de sus anillos, pero la biomasa forestal, y por lo tanto, la cantidad de carbono almacenado en estos bosques podría haber aumentado incluso si el crecimiento del árbol no lo hizo. «Es posible que los niveles elevados de CO2 permitan una densidad de plantación más alta», comenta. Además, la investigación sólo se ha realizado en bosques primarios, es decir, los bosques vírgenes originales, pero en los bosques secundarios o restaurados los resultados podrían ser diferentes.
Más investigación en la Amazonia brasileña
Para aclarar las numerosas incógnitas que aún plantea esta línea de investigación, los científicos tienen ya previstos los siguientes pasos. Uno de los más importantes será un experimento denominado FACE que tendrá lugar en la Amazonia brasileña. «Expondremos una serie de árboles de gran tamaño a un aumento de los niveles de CO2 y estudiaremos sus respuestas con gran detalle», declara Zuidema.
Además, los investigadores también piensan en extender el análisis de los anillos de los troncos a otras especies y a otras regiones del mundo con el objetivo de comprender mejor en qué medida las respuestas de los árboles tropicales al aumento de CO2 dependen de las lluvias y los nutrientes. En ese sentido, «nuestro método se puede aplicar a cualquiera de las más de 200 especies de árboles tropicales que producen anillos anuales fiables», aseguran.
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