Ciencias humanas
Los murciélagos que sobrevivieron a una glaciación
Hace varios miles de años, las islas del Caribe fueron el hogar de cerca de 77 especies de mamíferos terrestres no voladores como perezosos, monos o insectívoros. Sin embargo, hoy en día en muchas de estas islas los murciélagos son el único grupo de mamíferos nativos existente.
El bajo número de extinciones de murciélagos en comparación con otros mamíferos y la hipótesis recogida en la literatura científica de que estas extinciones se produjeron en el final del último periodo glacial (hace aproximadamente 10.000 años) ha llevado a dos investigadores del Museo Americano de Historia Natural y del Museo de Historia Natural de Florida (adscrito a la Universidad de Florida en EE UU) a profundizar en esta línea combinando metodologías.
“Durante el final del último periodo glacial la mayoría de estos mamíferos, cerca de un 80 por ciento, se extinguieron en el Caribe. Pero el número de extinciones de murciélagos fue mucho menor, solo un 18 por ciento de las especies se extinguieron. Esto supone que en la actualidad los murciélagos son el grupo de mamíferos con mayor diversidad de especies en estas islas”, precisa el científico del Museo Americano de Historia Natura,l J. Ángel Soto-Centeno.
La extinción de murciélagos del Caribe había sido atribuida principalmente al cambio climático que ocurrió al final de la última glaciación, pero el trabajo de J. Ángel Soto-Centeno y David W. Steadman, que se publica hoy en Scientific Reports, revela que algunas especies resistieron a los cambios y persistieron durante unos 5.000 y 7.000 años después de este período.
Para llegar a esta afirmación los investigadores utilizaron un análisis combinado de fósiles de murciélagos y modelos climáticos. Primero, realizaron excavaciones en diferentes islas para obtener fósiles de murciélagos, cuyas especies fueron identificadas en el laboratorio. Posteriormente, seleccionaron algunos de ellos para estudiarlos usando radio-isótopos de Carbono y obtener una estimación de su edad.
“De esa forma pudimos determinar cuándo fue el último momento en que cada especie vivió en las islas, una técnica que aplicamos en seis especies diferentes”, explica Soto-Centeno.
En segundo lugar, emplearon un método para desarrollar modelos climáticos que permitió predecir el hábitat disponible en el presente para cada especie a nivel geográfico. “Así pudimos determinar la distribución geográfica de cada especie basado en sus preferencias climáticas. Luego, creamos proyecciones de estos modelos hacia el pasado en dos intervalos de tiempo: 21.000 años atrás y 6.000 años atrás. Finalmente, comparamos las proyecciones de modelos del pasado con el presente para así poder saber si la distribución de cada especie ha cambiado a través del tiempo”, apunta.
Primeras extinciones hace 4.000 años
La combinación de los fósiles con los modelos climáticos ha permitido estudiar las extinciones de los murciélagos en gran detalle. Mediante los fósiles, los investigadores descubrieron que el evento de extinción más antiguo se produjo hace cerca de 4.000 años, mientras que otras especies sobrevivieron hasta unos 2.000 años atrás. Asimismo, a partir de los modelos climáticos determinaron que el área de hábitat climático adecuado para que los murciélagos pudieran subsistir se mantuvo relativamente estable a través del tiempo.
“Los resultados de ambos métodos indican que es poco probable que las extinciones de murciélagos en el Caribe hayan sido resultado del cambio climático que ocurrió al final de la última glaciación, hace 10.000 años atrás, como se había pensado antes», asegura Soto-Centeno.
Los resultados indican cómo el cambio climático afectó a los murciélagos en el pasado y sirven como base para entender por qué diferentes especies demuestran cierta distribución en el presente. «También nos ayudan a hacer inferencias y desarrollar hipótesis de cómo pueden reaccionar los murciélagos del Caribe al cambio climático que esperamos en el futuro y así poder mitigar su conservación y la conservación de su hábitat”, añade el experto.
Los investigadores continuarán trabajando en esta línea, recolectando más fósiles en otras islas del Caribe con el objetivo de documentar con mayor precisión la cronología de la extinción de murciélagos en las islas.
Además, en la actualidad, están combinando datos genéticos de diferentes especies de murciélagos del Caribe para entender los patrones de movimiento de poblaciones a través de islas. Con esta información, “podremos inferir con más detalle la probabilidad e importancia del flujo genético entre poblaciones y relacionarlo con los patrones de extinción que hemos descubierto”, concluyen.
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