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«No se tiró. Estaba en la terraza y se cayó»

El accidente de un joven tras caer desde el tercer piso de un hotel de Palma reabre la polémica del «balconing» y el turismo de alcohol

«No se tiró. Estaba en la terraza y se cayó»
«No se tiró. Estaba en la terraza y se cayó»larazon

El joven estaba hospedado en un hotel de la localidad mallorquina de Arenal

Los balcones y las terrazas siguen siendo un peligro para el «turismo de alcohol y fiesta» que se instala cada año en algunos puntos de Mallorca, en especial en la zona del Arenal y Magaluf (Calviá), donde los grupos de ingleses y alemanes asientan su base durante cuatro o cinco días. Eso sí, cada uno por su lado, porque «son incompatibles. Si comparten una zona, se producen muchas peleas», asegura uno de los trabajadores del Hotel Playa Golf, en el Arenal. En sus instalaciones se ha producido el último accidente que, en un principio, se relacionaba con el «balconing». El joven alemán de 20 años «estaba en la terraza y se cayó, no ha intentado saltar», explican desde hotel. «No podemos impedir que los jóvenes beban, pero deberían tomarse medidas, porque esto está ocurriendo en varios hoteles y nadie lo está haciendo. Se da por asumido», afirma. Hace sólo un par de días, Francisco Marín, dueño del Playa Golf y presidente de la Asociación de Hoteleros de la Playa de Palma, aseguró que el problema tanto de la zona reside en el «peligroso modelo turista» que se ha instalado, sólo atraído por «la música y el alcohol». La habitación desde la que cayó el joven, situada en un tercer piso, cuenta con las barandillas de seguridad exigidas, de un metro o un metro veinte, pero «no conseguimos evitar estos hechos», insiste el empleado del complejo.

A algunos metros del Playa Golf, el director del Hotel Oleander, Vicente Rodríguez, discrepa de la alerta: «Es un caso puntual. El lugar donde se ha producido se encuentra en todo el meollo de los bares y discotecas, mientras que nosotros estamos más alejados y antes de llegar a nuestras instalaciones, los jóvenes ya se han caído un par de veces. Nunca hemos tenido ningún problema». El hostelero asegura que desde mayo hasta septiembre, las 45.000 plazas se llenan y «los jóvenes vienen con la idea de divertirse. Beben mucho, más de 10 cervezas en unas horas, y no sólo sufren accidentes en las habitaciones, algunos también son atropellados. Pero todos son sucesos puntuales», sostiene Rodríguez.

Otro de los puntos «calientes» del verano es Magaluf, donde sobre todo se reciben clientes ingleses. «Son como hooligans, pero sólo vienen a ciertos hoteles. Los que acuden a nuestro complejo son de un poder adquisitivo más alto, no tenemos turismo de masa», comenta uno de los recepcionistas del Hotel Bendinant. Varias calles les separan de los «hoteles de masas», donde este año se han registrado dos incidentes relacionados con el «balconing». Uno de ellos se produjo en las instalaciones del Honolulu, aunque el propio hotel no ha querido confirmárselo a este diario.

El elevado número de casos obligó a la Policía Nacional a elaborar un decálogo para evitar el «balconing» e intentar que los jóvenes reduzcan su consumo de alcohol en verano, así como eviten las drogas, ya que en verano se producen un mayor número de intoxicaciones etílicas. Además, esta ingesta está directamente ligada con actividades como el «balconing». «Ni lo hagas... ni dejes que tus amigos lo intenten. Ninguna juerga debe acabar en tragedia».

Éste es uno de los eslóganes de la campaña de la Policía que también insiste en los peligros de la conducción temeraria y en el riesgo de difundir imágenes por Internet.

Lloret de Mar, el primero en tomar cartas en el asunto

A finales de julio el municipio turístico de Lloret de Mar (Gerona) copó numerosos titulares que hablaban de dos casos de «balconing» seguidos, uno el 29 y otro el 30 de julio. Pero, como afirma Josep Franch, gerente del Gremio de Hostelería, «fueron dos desafortunados accidentes. Nuestros hoteles están muy alejados de las piscinas». Franch afirma que el primer incidente lo protagonizó un estudiante que quiso ocultarse en el balcón y se cayó. El último intentó saltar por el balcón «porque estaba castigado en la habitación y al intentar escapar, terminó en el suelo». A raíz de ésto, los hosteleros se reunieron con el alcalde, los Mossos d'Esquadra y otras instituciones para coordinar actuaciones para que no se repita. «Los Mossos están elaborando un informe sobre la situación en otras comunidades y nosotros vamos a realizar una campaña de sensibilización elaborada por psicólogos».