Opinión

Hacia un Nuevo Sistema Sanitario para España

Las claves se encuentran en el desafío de la transformación y el modelo portugués

Imagen de una de las protestas protagonizadas por los MIR el pasado año
Imagen de una de las protestas protagonizadas por los MIR el pasado añoEduardo ParraEuropa Press

La encrucijada que vive el Sistema Nacional de Salud (SNS) español no es un fenómeno aislado. A lo largo y ancho de Europa, sistemas sanitarios otrora robustos, como el National Health Service (NHS) inglés, o los modelos de Francia y Alemania, se enfrentan hoy a una profunda crisis de sostenibilidad y eficiencia. Sin embargo, en este panorama de desafíos compartidos, un país vecino, Portugal, ha decidido dar un paso al frente, iniciando un audaz proceso de transformación hacia un modelo que guarda notables similitudes con el propuesto por la Fundación Bamberg para España, y recogido en el libro de Ignacio Para «Un nuevo Sistema Sanitario para España. La despolitización de la Sanidad», editado por la Fundación en 2014.

La crisis de nuestro SNS no es meramente coyuntural, sino que responde a limitaciones estructurales. El modelo actual, basado en una provisión de servicios centralizada y una financiación con escasos incentivos a la eficiencia, muestra signos de agotamiento. La falta de equidad en el acceso, las listas de espera crecientes y la dificultad para incorporar la innovación de forma ágil, son síntomas de una necesidad imperiosa de replantearlo desde sus cimientos. La Fundación Bamberg propone un rediseño que va «de arriba abajo», buscando no solo parches, sino una verdadera refundación del sistema.

El modelo propuesto por la Fundación Bamberg se asienta sobre tres pilares fundamentales que buscan la eficiencia, la calidad y la equidad: la separación de funciones, la creación de Áreas de Gestión Sanitaria (AGS) con gestión empresarial y financiación capitativa, y la promoción de la libertad de elección del paciente en un entorno competitivo.

1. Separación de Funciones: El modelo aboga por una clara distinción entre la financiación del sistema, el aseguramiento de la población y la provisión de los servicios. Esta separación busca una mayor transparencia y una asignación más eficiente de recursos.

2. Las Áreas de Gestión Sanitaria (AGS): El Corazón de la Transformación. Se propone la creación de AGS que combinarán la planificación estratégica y la definición de niveles de servicio y cartera de prestaciones para su población asignada con una gestión de tipo empresarial. Esto permite una mayor agilidad y orientación a resultados.

3. Financiación Capitativa y Sanidad Proactiva. Uno de los elementos más innovadores es la financiación capitativa. Cada AGS recibiría fondos en función del número de ciudadanos que debe atender, ajustado por su situación demográfica y social (edad, cronicidad, complejidad). Este sistema tiene un efecto transformador: incentiva a los gestores a que su población asignada enferme lo menos posible. ¿Cómo? Impulsando desde los Centros de Salud una atención proactiva, centrada en la promoción de la salud y la prevención de enfermedades, y favoreciendo el diagnóstico precoz. El objetivo es claro: reducir la morbilidad y, con ello, los gastos sanitarios, mejorando significativamente los resultados en salud. Se pasa así de una sanidad reactiva (que espera a que el paciente enferme) a una sanidad proactiva y de gestión poblacional, evaluando riesgos y previniendo el desarrollo de patologías costosas y con peor pronóstico si se detectan tarde.

4. Libertad de Elección y Competencia para la Excelencia. El modelo defiende la libertad de elección de médico y centro sanitario para el paciente. Un ciudadano de un AGS podría elegir libremente ser atendido en otra área de salud de todo el territorio nacional. El área receptora facturaría entonces a la de procedencia por los servicios prestados, por un importe siempre superior a la cápita. Este mecanismo crearía un entorno de competitividad sana entre las AGS, obligándolas a buscar la excelencia en los servicios y la innovación para retener y atraer pacientes. Sin libertad de elección, la equidad en el acceso a terapias y servicios médicos es una quimera. Sin libertad de oferta y demanda, la competitividad, motor de la excelencia y la innovación, se diluye. Para garantizar el buen funcionamiento de este «mercado de servicios de salud», la transparencia total en la información sobre recursos y resultados es un pilar indispensable.

Mientras España debate sobre el futuro de su SNS, Portugal ha tomado la iniciativa. En septiembre de 2023, el Gobierno portugués aprobó documentos legislativos clave para la modernización de su Servicio Nacional de Salud, y el nuevo modelo arrancó oficialmente el 1 de enero de 2024.

Esta reforma portuguesa ha creado Unidades Locales de Salud (ULS) en todo el territorio nacional, que integran bajo una misma dirección hospitales y centros de salud, reforzando así el enfoque en la promoción de la salud y la prevención de enfermedades. Es crucial que el modelo portugués, al igual que el propuesto por la Fundación Bamberg, ha introducido un sistema de financiación capitativa cuya cápita se calcula mediante estratificación de riesgo, considerando factores como el envejecimiento de la población, la cronicidad y la complejidad de los pacientes. Además, contempla la responsabilidad de los profesionales, adoptando modelos organizativos innovadores y valorando su desempeño, también desde el punto de vista retributivo. La experiencia lusa se perfila así como un laboratorio real para un modelo que España podría emular.

Si bien las ideas expuestas sobre la organización de la atención sanitaria son fundamentales para el rediseño del SNS, la Fundación Bamberg señala que una reforma integral iría más allá. Sería necesario un nuevo Estatuto Marco que «desfuncionarizara» al personal estatutario, buscando un reconocimiento del mérito, el esfuerzo y los resultados de cada profesional. Asimismo, se requeriría una reforma profunda del sistema de formación, tanto de grado como de posgrado, incluyendo una revisión integral del sistema MIR y de la formación de especialistas, considerados obsoletos y encorsetados, impidiendo la libertad, la innovación y la transversalidad del conocimiento y la experiencia.

En definitiva, la crisis de los sistemas sanitarios europeos es una realidad innegable. La propuesta de la Fundación Bamberg para España, realizada en parte por la audacia reformista de Portugal, ofrece una hoja de ruta clara para un sistema más eficiente, proactivo, equitativo y, sobre todo, sostenible, donde la calidad y la excelencia sean la norma y no la excepción. El momento de la transformación ha llegado.