Política

Primera víctima sanitaria del Brexit: La política nos vuelve locos

Un hombre es ingresado con un brote psicótico por no poder soportar los resultados. No es el primer caso provocado por los acontecimientos políticos.

Algunos psicólogos han llegado a equiparar el Brexit con el divorcio de los padres
Algunos psicólogos han llegado a equiparar el Brexit con el divorcio de los padreslarazon

Un hombre es ingresado con un brote psicótico por no poder soportar los resultados. No es el primer caso provocado por los acontecimientos políticos.

Cuando aquel hombre llegó a la consulta del doctor Mohammad Zia Katshu en la localidad inglesa de Nottingahm presentaba los síntomas propios de un brote de psicosis aguda. Su mujer explicó al psiquiatra que llevaba algunos días obsesionado con que alguien le espiaba, se mostraba confuso y agitado, tenía pensamientos inconexos y a veces oía voces. En ocasiones pesaba que los comentarios de los periodistas en radio y televisión se referían a él y presentaba estados transitorios de desánimo y depresión. Una psicosis de libro.

El paciente era un hombre entrado en los cuarenta, de aspecto normal, en apariencia felizmente casado y tres semanas antes había votado «NO» en el referéndum sobre el Brexit. Este último dato podría haberle parecido irrelevante al doctor Katshu, pero tras varias semanas de tratamiento fue definitivo para el diagnóstico. Y es que aquel ciudadano defensor de que su país permaneciera en la UE había enfermado precisamente por no haber podido soportar el resultado de la consulta. Es la primera víctima sanitaria reconocida del Brexit.

Su médico, que ahora ha hecho público el caso y se ha convertido en el autor del primer episodio conocido de «paranoia post-brexit», asegura que «desde que se conocieron los resultados del referéndum, el paciente se obsesionó con buscar información en las redes sociales, no fue capaz de reconciliarse con los acontecimientos políticos que le rodeaban, empezó a preocuparse por el aumento de casos de racismo en el país y a dejar de dormir». La publicación del caso en «British Medical Journal Case Reports» ha levantado una gran polvareda en el mundo de la psiquiatría. El doctor Katshu especifica en él algunos de los síntomas más extravagantes: trataba de golpear el suelo del hospital compulsivamente, pensaba que las fórmulas matemáticas cobraban vida, se había descuidado físicamente, tenía comportamientos suicidas.

Episodio psicótico

Tras su estancia en el hospital declaraba sentirse abochornado de ser británico, pertenece a una familia multicultural que estaría en peligro tras el Brexit. Previamente a este caso, el paciente había experimentado otroataque muy leve. El diagnóstico era claro: episodio psicótico de tipo esquizofrénico que requería ingreso hospitalario y lorazepam de urgencia. Tras dos semanas de tratamiento farmacológico se recuperó completamente y fue dado de alta. Causa del episodio, trauma provocado por el sí al Brexit.Y es que, aunque parezca mentira, los acontecimientos políticos pueden poner en riesgo nuestra salud mental. Encuestas realizadas en Estados Unidos tras las elecciones presidenciales de 2016 revelaron que el 66% de los entrevistados consideraban que la situación política de su país es una fuente de estrés y ansiedad que afecta a sus vidas cotidianas. El 57% declaraba haberse sentido agobiado alguna vez cuando pensaba en política. Otras encuestas similares en el Reino Unido han demostrado que el Brexit es una fuente de preocupación, sobre todo, entre la población joven. Algunos psicólogos han llegado a equiparar el Brexit con el divorcio de los padres: genera la misma sensación de inseguridad, de desapego y de falta de referentes en los hijos. En la localidad de Hampshire un reciente estudio epidemiológico arrojó que casi el 50%de los pacientes atendidos con síntomas de ansiedad mencionaron el Brexit como una preocupación. Estos casos no parecen extraños. Un acontecimiento tan radical como la salida de la Unión Europea o el proceso de independencia de un país pueden generar incertidumbre laboral, miedo a la aparición de conflictos violentos o incluso la separación entre familias. Pero no es necesario llegar a tanto para que la política nos vuelva locos.

En «Journal of American College Health» se han publicado los resultados del primer estudio epidemiológico sobre el llamado «síndrome de estrés postraumático electoral». Se detectó que la noche posterior a las elecciones de 2016 el 25% de los estudiantes universitarios presentaban signos de estrés. Los estudiantes negros e hispanos fueron los que mayores índices de ansiedad presentaron.

El sociólogo de la Florida Atlantic University Arthur C. Brooks sostiene la tesis de que las personas más implicadas en política son más infelices. De hecho, se ha pasado media vida analizando los datos de la Encuesta Social General elaborada por el centro de Investigaciones de Opinión de Chicago para comprobar que en todas las generaciones las personas que declaran más implicación en asuntos políticos puntúan peor en satisfacción vital.

El término «depresión post-electoral» fue acuñado por primera vez por el psicólogo Robert J. Gordon para describir el estado en el que se encontraban los votantes de John F. Kerry tras ser derrotado por el presidente George W. Bush. Después del triunfo de Bush cundió la sensación de decepción y desesperanza y, de hecho, Gordon observó un creciente número de demócratas que experimentaban depresión.En España no existen datos concluyentes al respecto. Tras los sucesos del 1 de octubre de 2017 en Cataluña algunos medios de comunicación se aventuraron a decir que había aumentado el uso de psicofármacos y se había incrementado la cantidad de personas que acudían a centros sanitarios con síntomas de ansiedad.

De hecho, semanas después del 1-O Juan, un informático barcelonés que quiso mantenerse en el anonimato, apareció en los medios mostrando la baja laboral que había obtenido por la ansiedad generada durante la jornada del fallido referéndum. «Soy muy sensible, siempre lo he sido, y al final no puedo aguantar tanto odio y tanta presión», explicaba compungido el que podría haber sido precursor del paciente inglés agobiado por el Brexit. Está claro que la política nos vuelve locos. Pero a unos más que a otros.