El día de las familias
Provocación y regalo
Al ver los rostros y actitudes más allá del gélido termómetro, resumo la experiencia del Día de la Familia en tres palabras: encuentro, reivindicación, y agradecimiento. Es encuentro entre familias de sangre y amigas, y es encuentro con la gran familia eclesial. Es reivindicación de la identidad de un modelo familiar que no ha muerto y que sigue teniendo futuro, el cristiano, basado en la comunión de un hombre y una mujer, en la libre donación en fidelidad para toda la vida y con generosa fecundidad. Y es agradecimiento a la Iglesia, a la de Madrid y a la universal. Con el apoyo de los pastores, de los consagrados, y de los laicos, los matrimonios, se ha vuelto a palpar la «Navidad de la familia», es decir, el renacimiento de algo nuevo y esperanzador en nuestra sociedad española, cansada, triste y agobiada por la crisis. El cardenal de Madrid ha puesto en su boca lo que todos sentimos en estos momentos: «¡El futuro está, y es, de la verdadera familia». Haré un añadido personal parafraseando el espíritu del gran papa defensor de la familia, Juan Pablo II: familia, no tengas miedo a ser tú misma. Sé en estos momentos resistencia, provocación y el mejor regalo de Dios a la humanidad.
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