Sociedad
¿Quién es el «Hombre Elefante»?
Adam Pearson recibió una llamada de un famoso circo de fenómenos de Estados Unidos que quería contratarle para su show
Adam Pearson es un productor y presentador de televisión británico conocido por su papel en la película Under the Skin, protagonizada por la actriz estadounidense Scarlett Johansson. Pero a Adam no se le conoce precisamente por sus méritos profesionales sino a consecuencia de una desfiguración facial que le ha hecho la vida más difícil desde pequeño. A Pearson le diagnosticaron una neurofibromatosis, un trastorno genético que provoca el crecimiento de tumores no cancerígenos a lo largo de las terminaciones nerviosas. Y en este caso, a él le afecta principalmente en la cara, lo que ha producido esa desfiguración.
Ahora ha decidido contar su historia en un documental para la BBC que no dejará a nadie indiferente. En él asegura que "vivir con una desfiguración facial en una ciudad concurrida como Londres significa que en raras ocasiones soy invisible."Los días de Adam están llenas de miradas, señalamientos con el dedo y susurros ajenos que "hacen que tenga que enfrentar a diario los prejuicios e ideas equivocadas de la gente sobre la discapacidad". Y es que, ¿a quién le gusta ser observado continuamente por alguien que no comprende lo que te está pasando?
El presentador además añade el concepto de crimen de odio por discapacidad: "Se trata de una ofensa criminal en la que la víctima, u otra persona, piensa que tuvo lugar por prejuicios hacia su discapacidad o hacia una discapacidad asumida". Y este comportamiento se acentúa "especialmente en las noches en las que se añade alcohol a la ecuación"señala Pearson, que ha confesado que le han llamado "espástico", "hombre elefante"y "mutante deforme".
Burlas desde pequeño
Su infancia no fue como la del resto de niños. Cuenta que su amigo Lucas también tiene una desfiguración facial y que de pequeño "se burlaban de él, le escupían y hasta le pisaron la cabeza". Los profesores no lo tomaban en serio y lo dejaban pasar considerándolo "cosas de niños". Pearson cuenta que su madre solía hacerle la cuenta atrás de los periodos escolares y que se sintió "solo y sin apoyo".
En busca de «El Hombre Elefante»
Hace unos meses Adam Pearson recibió la llamada de un empresario dedicado a un circo de fenómenos, interesado en él como una “criatura”. Le propusieron ser la versión moderna de El Hombre Elefante, emulando al también ciudadano británico Joseph Carey que se hizo famoso en el siglo XIX por unas terribles malformaciones fruto del llamado síndrome de Proteus, condenado a pasar la mayor parte de su vida en el circo.
"Era el nombre que me gritaban continuamente en el patio de la escuela". Pearson evitaba a toda costa mencionar a J. Merrick y no se le hacía gracia ver la película de David Mynch del mismo nombre pero finalmente la consiguió ver. "La sensación de conocer a un hombre que se anticipó a tu propia existencia por 150 años pero que has evitado durante tanto tiempo fue extrañamente terapéutica"añade el presentador. "Para mi gran sorpresa, me vi completamente absorto por la historia."
Tras esto, el "Hombre Elefante"viajó a Michigan (EE UU) y conoció a Bethany, una mujer que sufre ectrodactilia, conocido como el síndorme de pinzas de langosta y su pierna fue amputada cuando tenía tan sólo tres años. Esta mujer participaba en un show de fenómenos llamado Freakshow 999 Ojos. Pearson pudo conocer las experiencias de casos similares al suyo y decidió lanzarse a la piscina. O mejor dicho, al escenario. Fue a Las Vegas, conoció a Jake, una persona pequeña que es artista en un circo de fenómenos, y triunfó. "El resultado fue que resulté ser una completa estrella de rock", explica el actor. "En poco menos de media hora me tomaron la foto por lo menos 20 veces y me gané US$18 en propinas. Empecé a pensar que tal vez había encontrado una carrera", añade.
Adiós a los prejuicios
Actualmente, Pearson trabaja para apoyar a los que sufren malformaciones faciales u otro tipo de marcas y también para concienciar a la sociedad en cuanto a su inclusión. Y lo hace a través de Changing Faces, una organización sin ánimo de lucro que lucha por cambiar la situación.
"Suelo ir a escuelas a hablar con los alumnos .Quiero hablarles sobre la discapacidad cuando son jóvenes, para que así sepan el impacto que sus palabras o acciones pueden tener sobre los que sufren estas condiciones."
“Cambiar la ley es difícil, pero las actitudes son más fáciles de modificar”, asegurar el comunicador.
Pearson es un activista que se siente una gota de agua en el mar pero, como él afirma "sin gotas de agua no existiría ningún océano".
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