Telefonía

¿Quién tiene acceso a nuestro móvil?

Android configura los ajustes de los dispositivos de forma remota, algo que sufrieron miles de usuarios esta semana. Apple también lo hace, lo que ha reabierto el debate sobre los límites de la privacidad.

Usuarios del sistema operativo de Google vieron cómo se activaba sin su permiso el modo de ahorro de energía
Usuarios del sistema operativo de Google vieron cómo se activaba sin su permiso el modo de ahorro de energíalarazon

Android configura los ajustes de los dispositivos de forma remota, algo que sufrieron miles de usuarios esta semana. Apple también lo hace, lo que ha reabierto el debate sobre los límites de la privacidad.

El viernes, algunos dueños de teléfonos Google Pixel (la cifra no ha trascendido) vieron cómo la función de ahorro de batería de su dispositivo se activaba sola, aún sin que el móvil tuviera poca carga. Inicialmente se pensó que se trataba de algún tipo de error menor en la última versión de Android, el Android 9 Pie –el sistema operativo desarrollado por Google y que se lanzó hace unas semanas–. Otros creyeron haber habilitado la función sin darse cuenta. Esto no afectó solo a usuarios de Google Pixel, sino también a propietarios de otros teléfonos que utilizan Android. El cambio involuntario habría perjudicado a muchos usuarios que, según relatan en un foro de Reddit, estaban utilizando el GPS y se perdieron: en modo ahorro de batería la geolocalización se desactiva. Pese a ello, el inconveniente no habría sido responsabilidad de los propietarios, sino de Google.

«Hola a todos –explicaba el gigante tecnológico en Reddit–, algunos de ustedes habrán notado que el ahorro de batería se activó automáticamente hoy. Este fue un experimento interno para probar las funciones de ahorro de batería que se extendieron por error a más usuarios de los previstos. Ahora hemos recuperado la configuración de manera predeterminada. Por favor, configuren a su gusto el dispositivo. Perdón por la confusión». Así es: Google tiene la potestad de hacer esto según consta en los términos y condiciones que aceptamos. Y también Apple.

El objetivo, según explican, es tener una herramienta de emergencia para forzar actualizaciones o hacer otros cambios en iOS y Android sin que el usuario lo sepa. Y no es nuevo. Ya en 2008, Steve Jobs confirmaba en una entrevista al «Wall Street Journal» que Apple tenía una opción que desactivaba las aplicaciones maliciosas por completo y de forma remota. «Con suerte nunca tendremos que usarlo –confesaba Jobs–, pero seríamos irresponsables al no tener una opción como esta. Una aplicación maliciosa sería la que roba información personal».

Si bien puede resultar reconfortante saber que una aplicación dañina se puede purgar de inmediato de todos los iPhone presionando un botón, también es un poco preocupante. ¿Quién y cómo define el carácter malicioso de una aplicación? Una década atrás se prohibió, al menos durante un tiempo, «NetShare», una app que convertía el iPhone en un módem inalámbrico para la conexión de ordenadores portátiles. «NetShare» violaba los términos de Servicio de AT&T, una de las compañías que ofrecía iPhone a sus clientes. De este modo, la aplicación era maliciosa. Pero para los intereses de Apple.

Las grabaciones de voz

En Reddit había quienes señalaban que lo que les molestaba era la naturaleza silenciosa e invasiva del error de Google. Pero esto no es así exactamente porque los términos y condiciones que aceptamos al usar Android o iOS lo especifica. De hecho, ambos sistemas operativos graban nuestras conversaciones. Cualquiera que haya usado el Asistente de Google se encuentra en este selecto grupo. El sistema solo comienza a grabar cuando pronunciamos las palabras «Ok Google». Pero en algunos casos basta decir «ok» y comienza una grabación de 20 segundos en la que podemos escucharnos pedir información sobre páginas web o solicitar la activación de un altavoz, pero también conversando en la intimidad del hogar. Una vez finaliza se cargan los archivos de audio en la nube.

Lo interesante es que cualquiera que tenga una cuenta de Gmail puede acceder a ellos. Basta entrar a nuestra página y escribir la dirección «https://myactivity.google.com/myactivity». Allí aparecerá todas las veces que usamos Netflix, dónde y cuándo hablamos por «WhatsApp», y obviamente los archivos de voz. Precaución en estos casos, porque siempre hay sorpresas.

Google afirma en sus términos y condiciones que mantiene estas grabaciones para «mejorar el reconocimiento de voz en todos los productos de Google que usan estos comandos». Lisa y llanamente, le estamos dando clases gratuitas a su software.

Apple, por su parte, también mantiene registros de voz a través de Siri, pero asegura que, después de 18 meses, los datos obtenidos pasan a ser anónimos. En estos casos, las grabaciones duran entre 10 y 20 segundos y se guarda una versión de texto de la conversación. Pero Apple no publica ninguno de los datos de voz que almacena a través de Siri. Y nosotros lo aceptamos.

En 2012, la firma de Cupertino ya advertía que «al usar Siri o Dictation, acepta y da su consentimiento a la transmisión, recolección, y transmisión de Apple y sus subsidiarias y agentes de mantenimiento, procesamiento y uso de esta información, incluida su entrada de voz y datos de usuario, para proporcionar y mejorar la funcionalidad de Siri y dictado en otros productos y servicios de Apple. Puede desactivar la función en configuración de Servicios de ubicación en su dispositivo iOS y desactivar la configuración de ubicación individual para Siri».

Desactivar «Ok Google» o «Hey Siri» no siempre sirve si seguimos utilizando el comando de voz para buscar páginas de internet. Todo esto nos lleva a la conclusión de que, si bien es cierto que la tecnología nos ha facilitado en muchos sentidos la vida, el manual de instrucciones es muy complejo y casi nadie lo lee. Y, como decía un famoso personaje del mundo de los superhéroes, «un gran poder conlleva una gran responsabilidad». La nuestra es la de informarnos de nuestros derechos y deberes inherentes al uso de la tecnología.

El smartphone más seguro del mundo

A casi nadie le importa que un virus afecte a su móvil. Abrimos enlaces de correos o «WhatsApp» que desde un ordenador jamás se nos ocurriría y vamos conectándolo a cuanta red wifi gratuita se nos presenta. El problema es que va en aumento. En el segundo trimestre de 2018, Kaspersky Lab detectó 1.744.244 softwares maliciosos solo para Android, un 25% más respecto al trimestre anterior. Esto ha hecho que cada vez más gente se interese por el mercado de los teléfonos ultra seguros. Este sector, según un estudio de Allied Market Research, aumentará de cerca de mil millones de euros en 2017 a más de 4.000 en 2025. ¿Qué distingue a un smartphone ultra seguro? Primero, el sistema operativo es una versión personalizada de Android capaz de encriptar cada mensaje. Esta función se extiende al cifrado de llamadas, lo que hace prácticamente imposible que se espíe la información. Además de esto, el sistema operativo también facilita el control de cada aplicación. De hecho, muchas restringen el acceso a «PlayStore» para evitar la descarga de apps dudosas y solo ven las que han pasado el filtro de la propia desarrolladora. También permiten crear versiones alternativas del teléfono donde guardar imágenes y documentos de modo más seguro o navegar por webs no seguros. Es como tener varios móviles en uno. Otra característica es que la empresa resuelve cualquier incidencia de seguridad en 72 horas y si hay alguna app que no haya pasado el filtro pero sea necesaria para trabajar se puede recurrir a una alternativa y segura.