Investigación científica
Cáncer infantil: ¿y después, qué?
Uno de cada 750 adultos jóvenes ha superado un cáncer cuando era un niño. Cerca de 500.000 de estos pacientes viven en Europa, y gracias a los registros que existen en los distintos servicios de salud se ha podido realizar un seguimiento a cerca de 80.000 de estas personas, en lo que constituye el mayor estudio en su categoría realizado hasta la fecha.
Afortunadamente, la tasa de supervivencia a cinco años se ha elevado hasta un 80 % en los países en desarrollo. Por ello, el aumento de la cantidad de gente joven que supera un cáncer hace cada vez más necesario comprender las repercusiones posibles del tratamiento en etapas posteriores de la vida.
Ese es el objetivo del proyecto bautizado como PANCARESURFUP ("PanCare Childhood and Adolescent Cancer Survivor Care and Follow-Up Studies"). que cuenta con cerca de 6 millones de euros de financiación de la UE.
El equipo se ocupa en concreto de tres riesgos sanitarios a los que se enfrenta este grupo de población, como las cardiopatías, nuevos cánceres y muertes tardías acaecidas más de cinco años después del tratamiento, informa la agencia de la UE Cordis.
El tipo y la gravedad de los efectos postreros dependen sobre todo del cáncer inicial, la edad a la que se recibió el tratamiento y el tipo y la dosis del mismo. Para conocer mejor los riesgos, el equipo calculará a continuación la dosis de radiación recibida por los distintos órganos. Gran parte del daño puede localizarse en órganos y tejidos que aún estaban creciendo al exponerse a la radiación.
Tras añadir esta información a la nueva base de datos, el equipo calculará el riesgo de que se produzcan resultados concretos. Se ejecutarán estudios de control en los que se cruzarán cálculos de riesgo con información sobre el estilo de vida y el empleo.
Los resultados se utilizarán para redactar directrices de atención sanitaria. En último término, el trabajo servirá para mejorar la salud a largo plazo de todos los jóvenes que han pasado por un cáncer. Tanto pacientes como médicos identificarán y tratarán los efectos secundarios en una etapa temprana, mientras que los científicos diseñarán nuevos tipos de tratamiento que sean menos propensos a provocar complicaciones graves o discapacitantes para que puedan disfrutar de una vida plena.
PANCARESURFUP se puso en marcha en 2011 y estará activo hasta 2016. No obstante, la investigación no concluirá con el proyecto. El consorcio se originó a partir de los miembros de PanCare, una red paneuropea dedicada a aquellos que han sufrieron un cáncer en la infancia y la adolescencia. Después de 2016 la red se ampliará a otros ámbitos como la fertilidad, la limitación de la audición y la calidad de vida tras la enfermedad basándose en los resultados y en la colaboración surgidos del proyecto financiado con fondos europeos.
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