Médicos

«Firmé su alta voluntaria y su padre me pegó un puñetazo por la espalda»

En 2015, la Organización Médico Colegial registró 361 casos de agresiones a facultativos. En cinco años han registrado 2.419

El doctor Fernando Paul ya no vive tranquilo desde la agresión. “Quedan secuelas psicológicas”
El doctor Fernando Paul ya no vive tranquilo desde la agresión. “Quedan secuelas psicológicas”larazon

Sólo en 2015, al Observatorio de Agresiones de la Organización Médica Colegial llegaron 361 casos de ataques a médicos, un 5% más que el año anterior.

“No puede salir gratis agredir a un médico”, afirma tajante Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la Organización Médico Colegial (OMC). Y es que aún son pocos los facultativos que, a pesar de haber sufrido alguna agresión, se lanzan a denunciar. Sólo en 2015, al Observatorio de Agresiones de la OMC llegaron 361 casos, un 5 por ciento más que el año anterior. “Nuestro observatorio busca concienciar al profesional para que denuncie “, afirma José Alberto Becerra, coordinador del Observatorio. Así, a lo largo de los cinco años que lleva funcionando este programa se han registrado 2.419 agresiones. Una de ellas es la que sufrió el doctor Fernando Paul.

Este médico trabaja en el Servicio de Urgencias de Primaria del Hospital Jerez de la Frontera, en Cádiz. Fue agredido por el familiar de un paciente. “Me pidió el alta voluntaria y yo se la firmé aunque su padre no estaba de acuerdo”, explica. Cuando el doctor estaba atendiendo a otro paciente en una zona de acceso restringido, el padre del joven “se acercó y me pegó un puñetazo por la espalda”. A Paul no le dio tiempo a defenderse, “ni a ponerme en guardia”.

Es cierto que la agresión sólo le dejó un hematoma, “pero me afectó a mi estado mental”. Y en ese momento se sintió muy solo: “No sabía qué hacer, a quién recurrir” y por eso acudió a la asesoría jurídica del Colegio de Médicos de Cádiz. Allí tramitaron su denuncia y, meses después, “la sentencia fue condenatoria. La Justicia determinó que la agresión acarreaba 6 meses de prisión y una orden de alejamiento”. Con su testimonio, Paul insiste en que lo que “buscamos con nuestro testimonio es evitar otra agresión y que los agresores no se crean que con amenazas e insultos consiguen lo que quieren. Es necesario denunciar para cortar esta situación degradante”.

Como indica Juan Manuel Garrote, secretario general de la OMC, “hay muchas más agresiones de las que llegan a los colegios” y también ha destacado el aumento de estas situaciones de violencia en la Sanidad privada, aunque el 86 por ciento de los casos se siguen registrando en los hospitales públicos.

En lo que respecta al perfil del agresor, sigue siendo el paciente con cita previa el principal agresor, aunque uno de cada tres son familiares. En cuanto a los médicos agredidos no existe una gran diferencia entre hombres y mujeres. No todas las denuncias terminaron en los juzgados, pero de las que sí que optaron por esta vía, se obtuvieron 64 sentencias, de las que 48 fueron condenatorias y en 16 casos la pena conllevó prisión.

El doctor agredido insiste en que este tipo de situaciones violentas “rompen la relación entre médico y paciente y nos crea inseguridad en el futuro”. Paul recuerda el caso de otra compañera de hospital: “La amenazaron hace tres años, estuvo 15 días de baja y como su familia le recomendó no denunciar, no lo hizo. El paciente le dijo que tenía licencia de armas y que tuviera cuidado cuando saliera a la calle”. Desde que se reincorporó “no ha vuelto a pasar por la consulta 6. Tiene miedo a recordar”. E insiste: “Denunciar es un acto de valentía”.