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Nuevo Papa

«Ser buen pastor significa caminar junto al pueblo de Dios»

León XIV es el primer Pontífice agustino de la historia. En una entrevista en 2023 habló sobre la vida religiosa y los retos que le marcó Francisco

León XIV, el primer Papa estadounidense y muy cercano a Francisco @drprevostEFE

La elección de Robert Francis Prevost como sucesor del Papa Francisco pone por primera vez a un miembro de los agustinos en la silla de San Pedro. El nuevo Pontífice es doctorado magna cum laude en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino (Angelicum) en Roma, y su tesis doctoral versó sobre «El papel del prior local de la Orden de San Agustín». La Orden de San Agustín, u Orden Agustiniana, es una comunidad religiosa de tradición mendicante, fundada oficialmente en 1244 y que está presente en más de 40 países de todo el mundo.

Basada fundamentalmente en las enseñanzas de Jesucristo y más tarde de Aurelio Agustín, obispo de Hipona (354 - 430 d.C.), la Orden fue fundada para vivir y promover el espíritu de comunidad tal y como lo vivían las primeras comunidades cristianas.

En septiembre de 2030 Robert Prevost fue nombrado cardenal en la plaza de San Pedro junto a otros 19 obispos y dos presbíteros, y con la presencia de un nutrido grupos de miembros de la comunidad agustiniana. En su discurso, destacó que «la humildad es fundamental para todo discípulo de Cristo», consciente de que la nueva tarea encomendada por el Papa Francisco a los nuevos cardenales era «una llamada a la humildad».

En una entrevista concedida a Ricardo Morales en la página web agustinianorder.org en 2023, León XIV habló sobre las características que consideraba necesarias para ser un buen obispo: «Ser un buen pastor significa poder caminar junto al Pueblo de Dios y vivir cerca de él, no estar aislado». En este sentido, indicaba que «el Papa Francisco lo ha dejado muy claro en numerosas ocasiones. No quiere obispos que vivan en palacios. Quiere obispos que vivan en relación con Dios, con sus hermanos obispos, con los sacerdotes y, especialmente, con el Pueblo de Dios, de una manera que refleje la compasión y el amor de Cristo, creando comunidad, aprendiendo a vivir lo que significa ser parte de la Iglesia de una manera integral que requiere mucha escucha y diálogo».

Además, consideraba que un obispo debe tener muchas habilidades, como «saber gobernar, administrar, organizar y saber cómo tratar con la gente». No obstante, destacaba un rasgo por encima de todos, «debe proclamar a Jesucristo y vivir la fe para que los fieles vean en su testimonio un incentivo para querer ser parte cada vez más activa de la Iglesia que Jesucristo mismo fundó. En pocas palabras: ayudar a las personas a conocer a Cristo mediante el don de la fe».

El 30 de enero de 2023, el Papa Francisco lo llamó a Roma como prefecto del Dicasterio para los Obispos, figura que dirige y representa a este dicasterio de la Curia Romana, encargado de la selección de obispos y de asistir a la Iglesia en los asuntos relacionados con ellos. Sobre este aspecto, señaló «que el Papa Francisco me pidiera aceptar esta misión me sorprendió». Cuando se enteró de que le estaba barajando para el cargo, le dijo al Santo Padre que «sabe que soy muy feliz en Perú. Ya sea que decida nombrarme o dejarme donde estoy, seré feliz; pero si me pide asumir un nuevo rol en la Iglesia, lo aceptaré. Y esto se debe a mi voto de obediencia. Siempre he hecho lo que se me ha pedido, ya sea en la Orden o en la Iglesia», manifestó en la entrevista.

Prevost confesaba entonces que pese a que era un «honor» recibir ese mandato, no obstante, le costaba dejar la diócesis de Chiclayo en Perú después de tantos años, ya que era «feliz haciendo lo que hacía». De vuelta a Roma, una ciudad que «conozco muy bien», en su labor diaria rezaba por no fallar: «Señor, todo esto está en tus manos. Dame la gracia que necesito para llevar esta tarea a buen puerto».

«Y como he intentado hacer a lo largo de mi vida religiosa, dije sí, adelante con la gran aventura de ser seguidor de Cristo», algo que sin duda habrá tenido muy en cuenta a la hora de aceptar ahora su cargo al frente de la Iglesia Católica.

Durante la charla para la web de la Orden Agustiniana, León XIV habló también sobre los retos a los que se enfrenta la Iglesia en la sociedad. En este sentido, indicó que «debemos anunciar la buena nueva del Reino de Dios al mismo tiempo que comprendemos qué es la Iglesia en su realidad universal. Ésta es una de las cosas que aprendí mientras era prior general de los agustinos y, sin duda, ha sido una gran base para el cargo que ocupo ahora. Hay muchas culturas, muchos idiomas y circunstancias diferentes en todo el mundo a las que la Iglesia responde. Por eso, al enumerar nuestras prioridades y sopesar los desafíos que tenemos ante nosotros, debemos ser conscientes de que las urgencias de Italia, España, Estados Unidos, Perú o China, por ejemplo, casi con toda seguridad no son las mismas, salvo en una cosa: el desafío subyacente que Cristo nos dejó de predicar el Evangelio».

También abordó la problemática de las vocaciones, que están actualmente en crisis, en un momento en el que gran parte de la juventad está cada vez más al margen de la Iglesia. Sobre este aspecto, declaró que la prioridad de la Iglesia y de sus responsables «no puede ser buscar vocaciones», sino «vivir el Evangelio, compartir el entusiasmo que nace en nuestros corazones y en nuestras vidas cuando descubrimos verdaderamente quién es Jesucristo».

Por ese motivo, destacaba el papel fundamental del sacerdote por su papel testimonial «de la entrega total de la vida al Señor y al servicio a los demás».