Medicamentos
Sólo los justos
Los antibióticos nos permiten vivir más años, pero se deben evitar en procesos como los catarros
–¿Para qué tipo de enfermedades son recomendables los antibióticos?
–Para las infecciones producidas por agentes bacterianos. Por ejemplo, una neumonía o una otitis media. No se deben utilizar para infecciones producidas por virus, como los catarros.
–¿Cuál es la efectividad de este tipo de fármacos?
–Es altísima cuando las bacterias son sensibles todavía. Cuando se han hecho resistentes no lo son tanto. Lo cierto es que los antibióticos nos han permitido vivir más tiempo y con más salud.
–¿Cuáles son las consecuencias del abuso en el consumo de los antibióticos?
–La consecuencia más importante es que puedan convertirse en medicamentos inútiles para procesos infecciosos. De ello uno es consciente cuando no se observa un progreso en la curación de la enfermedad.
–¿Se recetan estos fármacos en exceso en España?
–Sí. Los motivos son dos: la incertidumbre o las dudas que pueden surgir en los facultativos sobre si un proceso es bacteriano o viral y, en segundo lugar, por el exceso de demanda de los usuarios. Es bastante habitual que ante un dolor de faringe el paciente comente: «Doctor, ¿no me envía antibióticos?». El nivel de demanda es bastante alto.
–¿Los españoles saben para qué se usan los antibióticos?
–Suelen estar bastante formados sobre lo que son estos fármacos, pero lo que no tienen tan claro es que todos los procesos antimicrobianos requieran un antibiótico.
–¿Qué está ocurriendo en España para que se receten cada vez más antibióticos?
–La prescripción médica ha aumentado porque hemos conseguido una sociedad que sobreviva más tiempo pese a tener enfermedades crónicas. Así, ocurre que un paciente puede sufrir cuatro patologías a la vez y sobrevive con una salud más frágil. El problema viene cuando se padece una traqueobronquitis, por ejemplo, y la infección desestabiliza al enfermo. En los casos de pacientes crónicos, los médicos suelen curarse en salud y recetan antibióticos aunque pueda que no los necesiten. En los enfermos más frágiles es más fácil tener predisposición para recetar. No obstante, se debe administrar este tipo de fármacos con sensatez. Los profesionales sanitarios deben prescribirlos sólo cuando sean necesarios, ya que existen procesos infecciosos que no se benefician de sus efectos como, por ejemplo, el catarro.
*Microbiólogo del Hospital Clínico San Carlos de Madrid
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