Comunidad de Madrid
Sólo un 15% de los menores desamparados en España son acogidos en familias
Sólo el 15 por ciento de los 22.000 menores en situación de desamparo en España son acogidos en familias, mientras que el 10 por ciento vive en hogares o pisos tutelados y el 75 por ciento restante se aloja en centros residenciales. La Asociación Estatal de Acogimiento Familiar (ASEAF) y la Asociación de acogedores de menores de la Comunidad de Madrid (ADAMCAM) han extraído estos datos del estudio sobre la situación del menor en centros asistenciales y de internamiento del Defensor del Pueblo.
Estas entidades señalan en un comunicado que, de acuerdo con la legislación vigente sobre el menor y con los servicios sociales especializados, "el internamiento es la última opción que debe adoptarse en el caso de menores en situación de riesgo psicosocial, a favor de otras medidas como el acogimiento familiar".
La vicepresidenta de ADAMCAM, María Arauz, explica que con el internamiento el menor solo ve cubiertas sus necesidades materiales, pero no las sociales y afectivas necesarias para su correcto desarrollo emocional. En un entorno familiar, el menor tiene un mayor contacto con la sociedad y disfruta de un clima psicosocial más cálido que le facilita un mayor número de contactos espontáneos a través de las relaciones familiares, amistosas y vecinales, indica Arauz.
En una familia, las ventajas para el menor van desde la organización de las rutinas diarias propias de su edad, más flexible en un entorno familiar que en un centro residencial, hasta un mayor desarrollo de sus habilidades sociales.
Los niños que crecen en centros residenciales son más propensos al fracaso tanto en la escuela como en las relaciones personales y tienen un riesgo más elevado de sufrir patologías como la hiperactividad y déficit atención que el resto de los niños.
Arauz subraya que "los niños susceptibles de ser acogidos carecen de un ambiente familiar adecuado y, con frecuencia, han sufrido situaciones traumáticas. Son niños que necesitan sentirse escuchados y queridos como hijos, aunque solo sea durante unos meses o unos años".
Cuando los menores acogidos en los servicios de protección de la Administración cumplen 18 años, salen de los centros sin ningún tipo de ayuda económica, "por lo que en muchos casos se convierten en personas solas y sin recursos", precisa.
Sin embargo, dos de cada tres menores acogidos en familias continúan viviendo con ellas por mutuo acuerdo una vez que alcanzan la mayoría de edad.
Por ello, la reforma del sistema de protección a la infancia y a la adolescencia aprobada el pasado mes de julio, sitúa al acogimiento familiar como protagonista absoluto.
"Ahora, una vez aprobada la legislación, toca aplicarla, ya que vivir con una familia proporciona a los menores un ámbito afectivo seguro y estable, además de una atención individualizada y personalizada, que repercutirá positivamente en su desarrollo personal y social", afirma.
Arauz apunta que el acogimiento familiar es una figura poco conocida entre la población española y estima que la cifra de familias dispuestas podría incrementarse de forma notable si la Administración impulsara acciones de promoción.
Efe
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