Mascotas
Su Pitbull no es peligroso, se lo dice el Test de Campbell
Se trata de una nueva iniciativa para intentar que los perros potencialmente peligrosos tengan más libertad: los exámenes individuales, una posible solución
Se trata de una nueva iniciativa para intentar que los perros potencialmente peligrosos tengan más libertad: los exámenes individuales, una posible solución.
Javier, un joven de 23 años, cuenta con la compañía de su perrita Pandora. Es un cruce entre Pitbull y Staffordshire y, aunque sea de raza PPP (Perros Potencialmente Peligrosos), es bastante sumisa. Cuando salen a pasear, la gente se suele acercar. Sin embargo, también hay ocasiones tensas. Estas se dan cuando se cruzan con perros pequeños. Los dos tienden a saludarse hasta que el dueño del can de reducido tamaño le tira de la correa como intentando evitar un posible ataque. Borja Capponi, psicoanalista y adiestrador profesional canino, aclara que «ese gesto provoca en el animal inseguridad y alerta, lo que puede acabar en una agresión». Y así, Pandora se ha llevado algún que otro bocado. «Todo se basa en la variante entre el ser humano y el can, donde el adiestramiento y aprendizaje de la mente del perro tienen un papel trascendental. El tipo de raza solo indica características físicas, no de la personalidad, la cual depende del genotipo del animal», explica el adiestrador y psicoanalista canino.
Para visualizar esta injusticia, la plataforma Change.org lleva a cabo una nueva propuesta. Se trata de que los PPP puedan tener las mismas oportunidades que el resto de razas. Es cierto que por sus cualidades, la gente pueda pensar que son más agresivos, pero Capponi rompe con todos esos estereotipos.
Esta entidad ayuda a que injusticias como estas se acaben con el fin de que la Ley rectifique. Sin embargo, esto no quiere decir que haya que dejar total libertad a estos perros, ya que siguen siendo igual de potentes, pero sí que se amplíen sus posibilidades. «La personalidad de un can depende de la educación que le dé su dueño. Yo les llamo Perros Potencialmente Potentes no peligrosos, esto seria lo correcto ya que, con un buen adiestramiento del can, la agresividad disminuye y la probabilidad de ataque es baja. Aunque la base para todo aprendizaje es entender la psicología de estos animales y su genotipo –tipo de carácter del can: sumisos o dominantes–, dejando aparte el fenotipo –estética del animal por la que se rige la mayoría de la población–. No todos los perros de determinada raza son iguales, cada individuo es único y como tal hay que considerarlo», cuenta Capponi a La Razón. Dado esto, una opción sería hacer pruebas individuales de cada perro, como es el Test de Campbell, y así determinar si tiende a la agresividad o no.
Esta prueba es una de las más utilizadas para evaluar a los animales y hacer un pronóstico de su carácter. Consiste en la realización de cinco exámenes que se desarrollarán bajo ciertas condiciones: contarán con una persona que le evalúe –no conocido por el animal–, en un espacio cerrado donde poder realizar el estudio y que el can no pueda distraerse. Además, deberá ejecutarse al menos dos veces de manera individual, aislada, neutral y en lugares distintos para asegurar la objetividad de los resultados. De esta forma, la Ley podría ser modificada y estos animales tendrían menos estigmas. No obstante, según Capponi, «es esencial entender su psicología y gestos, ya que eso nos haría anticiparnos a posibles disputas.Para mí, en la lista deberían estar todas las demás. Se protege a canes que podrían ser PPP y, al igual que un pastor alemán dominante puede ser muy agresivo, por su lado, un pitbull puede ser muy dócil. En definitiva, la Ley es absurda y está mal hecha».
Hace un mes, un Pastor Belga mordió a un niño de 18 días.
Éste cumplía con todas las características físicas que la Ley regula –fuertes, resistentes, ágiles, con un peso superior a 20 kg y mordedura potente, exceptuando el tipo de pelo–. ¿Qué tiene que ver el pelo si el daño ocasionado puede ser igual de grave? Por ello, esta iniciativa se basa en la búsqueda de igualdad entre las razas de perros, concretamente la discriminación que sufren los PPP con respecto al resto, y que puedan disfrutar así de su libertad y circular sin bozal si el carácter del perro lo requiere. «La raza no condiciona la peligrosidad», subraya Capponi, a lo que añade: «También necesitan una correcta socialización que les enseñe a comportarse y respetar al resto de cánidos y personas. Está de moda tener perro, pero no aprender su personalidad y sus señales. Es una buena oportunidad para que se empiece a juzgar por individuos y no por linajes, el genotipo se encuentra en todas las razas caninas».
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