Apple Watch, todo lo que deberías saber

El 9 de marzo por fin se presentará el reloj inteligente, aunque no llegará al mercado hasta abril. Es capaz, incluso, de reemplazar a las llaves del coche

El 9 de marzo es el día W, en el que por fin se mostrarán los Apple Watch. Aunque llegarán a las tiendas en abril el revuelo es justificado ya que será el primer producto original de Apple desde 2010, cuando se lanzó el iPad. Para Tim Cook, director de Apple, «esto será como el iPhone: la gente querrá tenerlo por una razón particular, pero luego descubrirán que les gusta por otras razones». Es cierto que ya existen otros smartwatches en el mercado. Pero también había MP3s antes del iPod. Para Cook, el Apple Watch va a «revolucionar el sector y se convertirá en el estándar que todos querrán comprar». Al perseguir este objetivo, Apple lo tiene complicado, quizás sea el mayor desafío de su historia. Los teléfonos móviles vivieron una expansión paulatina y lógica. Lo mismo sucedió con los MP3, que fueron desarrollados gracias a la tecnología digital y a la aceptación de los walkman. En cambio, durante décadas hemos dejado de usar relojes y a fiarnos del móvil para saber la hora. Apple pretende revertir esta tendencia cultural. Una que ellos mismos crearon. En una reciente entrevista, Cook señalaba que siempre resulta menos intrusivo y maleducado mirar la muñeca de modo disimulado que echarle un ojo al móvil.

Para conseguir esto, el Apple Watch deberá tener unas cualidades que lo conviertan, al mismo tiempo, en deseable en su diseño e imprescindible en sus prestaciones.

Sobre la primera cualidad, el cuadro de este reloj inteligente tendrá más de dos millones de configuraciones posibles para que veamos la hora, así, en cierto sentido podremos tener en nuestra muñeca dos millones de relojes diferentes. Suficiente para estrenar uno nuevo cada día durante más de 5.000 años. A esto se le unen más de veinte opciones de correas.

Los relojes vendrán en tres versiones diferentes: Apple Watch, Apple Watch Sport y Apple Watch Edition, esta última sería la versión de lujo, por así decirlo. Todos estarán disponibles en dos tamaños de pantalla: 38 mm y 42mm.

Los smartwatch de Apple tendrán la misma interface que teléfonos y tabletas, pero los iconos serán más redondeados.

Todo esto en cuanto a diseño. Pero la cualidad en la cual se cifran todas las expectativas es en las prestaciones. El reloj será sumamente preciso: una variación de 50 milisegundos hará que se corrija. Obviamente la cronología no será la tecnología imperante.

Uno de los ejes centrales será la salud el usuario. Primero, podrá monitorizar el ritmo cardíaco. Y este será sólo el primer paso. Debido a que el sedentarismo provoca numerosas dolencias, el Apple Watch puede determinar cuánto tiempo pasa la persona sentada y cada hora dará una pequeña alerta para que la persona se ponga de pie y de un pequeño paseo. También podrá gestionar una serie de recompensas cuando se alcancen metas de ejercicios, lo que hará que usarlo constantemente se convierta en un reto. Sorprendentemente también actuará como GPS: cada vez que salgamos a correr y tengamos una ruta definida, el reloj vibrará de diferentes modos para indicarnos el camino que debemos tomar y así evitar tener que mirar un mapa. Y pulsando la pantalla con dos dedos permitirá enviar los datos cardíacos a un contacto específico.

Otros usos revolucionarios e inesperados serán el de reemplazar las llaves del coche (mostrando así cuán implicado está Apple con los fabricantes de coches) y también podrá utilizarse como sistema de pago seguro gracias a Apple Play. Tan seguro que la privacidad será un valor añadido: la empresa de California no sabrá qué objeto se compró, cuánto costó ni dónde se adquirió.

El control de todas estas prestaciones se realizará por medio de una corona lateral: girarla permitirá navegar por el menú, aumentar o hacer más pequeños los iconos y también será el botón de inicio y de activación de Siri, a quien le podremos dictar mensajes de voz o texto para ser enviados. Debido a estas prestaciones, se creará un nuevo mundo de apps que ahora mismo ni siquiera imaginamos y que girarán alrededor de experiencias sensoriales que redundan más en lo táctil que en los visual.

Menos mal que la batería se supone que durará todo el día, porque tiene toda la apariencia de lograr su objetivo: hacer que miremos, otra vez, nuestras muñecas. Y los demás también.