Mascotas
Tener (al menos) una mascota es bueno para la salud
Los animales de compañía son un pilar fundamental en la sociedad por sus beneficios físicos y psicológicos. Nueve de cada 10 personas creen que su perro sería el último en irse de su lado
Los animales de compañía son un pilar fundamental en la sociedad por sus beneficios físicos y psicológicos. Nueve de cada 10 personas creen que su perro sería el último en irse de su lado.
El 46 por ciento de los hogares españoles tiene, al menos, una mascota. El vínculo humano-animal se define como una interacción afectiva especial y duradera con un individuo único. En el caso del perro, a veces existe una conexión mayor que con sus congéneres.
Viviana Gutman Mariach, psicóloga generalista sanitaria, cuenta que «tener o no tener mascota es una elección. Y dicha elección implica hacer un lugar para alojarla, física y emocionalmente». Los beneficios terapéuticos, cognitivos y de salud que se obtienen al establecer un vínculo con una mascota son admirables. Aunque este debe generarse bajo unas premisas donde ambas partes se comporten adecuadamente entre sí. Alivian la soledad, reducen el estrés, promueven los hábitos saludables como el ejercicio y el juego, fomentan la interacción social y son una fuente de afecto, incluso el cuidar de una mascota puede ayudar a vivir más años.
«Una mascota permite descubrir un modo de relación diferente. En personas con algún tipo de autismo, las mascotas pueden estimular la vinculación afectiva, el contacto corporal y la comunicación no verbal. Un perro puede “adoptar” a un niño como parte de su manada. Lo cuida y protege», afirma Gutman. Compartir la vida con un perro o un gato puede aportar a cualquier persona un buen estado físico y psicológico. Asimismo, los animales de compañía pueden contribuir al desarrollo educativo y social de los más pequeños y a ayudar también a los más mayores en la sociabilización y mejora de la salud. Sin olvidar que, para personas con dificultades para comunicarse, de motivación, atención o concentración, con baja autoestima, problemas de comportamiento o enfermedad mental, es una vía de escape y desarrollo. Los animales domésticos pueden ser un modo de consolación, un enlace con la naturaleza, pues ayudan a promover el respeto, la compasión y la empatía hacia otros seres e incitarles a hacer ejercicio. El 88% de las personas con mascota no desearía separarse nunca de su perro.
Además, tener perros en casa puede ayudar a proteger a los niños contra las alergias respiratorias. «Al estar expuestos desde pequeños al pelo de animales, el cuerpo desarrolla cierta inmunidad ante agentes externos. Los niños que crecen con mascotas desde bebés presentan menos riesgos de padecer asma y alergias», detalla Samuel Namer Levi, doctor veterinario en la Clínica Veterinaria del Planetario. Se trata de vivir en un ambiente con un alto nivel de endotoxinas, bacterias presentes en el polvo ambiental y también en los animales, que genera en los niños una especie de fortalecimiento de defensa del cuerpo. Incluso, si el niño padece graves problemas de alergias siempre se puede elegir una raza baja en alérgenos. «Recomendamos animales de compañía que no pierdan pelo y no tengan descamaciones –piel muy seca–», aconseja Namer.
En el caso de los gatos, hay menos posibilidades de tener enfermedades respiratorias como el asma, ya que los niños suelen desarrollar tolerancia inmunológica a los mismos, además de ser un gran apoyo emocional. Está claro que tener un gato ayuda a aliviar el estrés y reducir los síntomas negativos de malestar psicológico. Del mismo modo, padecen menos riesgo cardiovascular ya que se tienen niveles más bajos de presión sanguínea y de triglicéridos. El corazón responde mejor ante estas situaciones si tienes una mascota. El 83% de los propietarios declaran que su gato es una fuente de compañía constante. Por otro lado, también es una experiencia maravillosa para los niños y uno de los mejores recuerdos que podrán tener.
Estar en posesión de un perro o un gato ayuda a enseñarles un respeto mutuo, amor incondicional y responsabilidad, formando así el binomio perfecto. Incluso, «a diferencia de los padres, los perros no son críticos y no dan órdenes, lo que puede aportar cierta seguridad y autoestima en los niños. Además de estimular su imaginación y curiosidad», detalla Gutman. En concreto, el perro siempre ha sido catalogado como el mejor amigo del hombre por sus características genuinas: el afecto y la fidelidad.
Cuando un niño aprende todo esto, adquiere un adiestramiento invaluable y, gracias al mismo, tratará a las personas de igual manera. Sin embargo, es cierto que hay situaciones que hacen plantearse a las familias si tener mascota o no. Es el caso de posibles lesiones por mordeduras aunque, según las estadísticas, son poco frecuentes y evitables siempre y cuando se tomen una serie de medidas lógicas y sensatas. A pesar de ello, es innegable afirmar que un animal en el hogar aporta calma y estimula el cerebro y el cuerpo. Ocho de cada diez niños prefieren jugar con su mascota antes que con los videojuegos.
Muchos psicólogos emplean la terapia con animales para los más jóvenes puesto que sirve para la gestión de las emociones y la confianza. En el mundo educativo, resulta muy efectivo para personas con problemas de atención y aprendizaje.
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