Cáncer
Tomás, tumor de próstata: «En casa no tiramos nada»
A los 61 años, la empresa en la que llevaba años trabajando como chapista de muebles metálicos le mandó al paro porque «según ellos ya no rendía como antes». Cuatro años después, a Tomás Aranda de la Horra le detectaron «unos puntos sospechosos en la próstata». En 2016, le dijeron que tenía cáncer. «El urólogo del Gregorio Marañón, un hombre con experiencia, me dijo que, dada mi edad, era mejor quitar la próstata». Tomás le hizo caso y se encuentra «bien, pero al principio te sientes como que te quitan una pizca de vida. Además, te queda la incontinencia urinaria». Tomás adquiere unas inyecciones, para ponerse diez minutos antes del acto sexual. Para la incontinencia, compresas especiales. Tomás y su mujer, que tiene fibromialgia y que tuvo un infarto de miocardio, viven de los 1.061 euros de pensión que percibe él. «No puedo decir que sea una situación trágica, las hay mucho peores, pero si llegamos a fin de mes es «gracias a los desvelos de mi mujer. No tiramos nada». El problema es el desembolso que hacen en la farmacia. «Calculo que, como mínimo, nos gastamos 150 euros al mes en medicamentos. A eso hay que añadir el gasto en compresas. De los 1.000 euros que cobramos el día 26, el día 1 ya sólo nos quedan 600 o 700 euros».
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