Sociedad
Un difícil proceso de adaptación
En los casos de divorcio o maltrato, los hijos de la pareja son los que más sufren, además son utilizados como una herramienta para hacer daño al otro. Ante todo, lo importante es dar siempre una estabilidad a los menores, que se tiene que basar en tener una estructura sólida y una seguridad por parte de los familiares.
Los hijos de Juana deben de encontrarse en una situación de desamparo porque no saben cuál va a ser su futuro. Lo peor para ellos es estar a la espera de que la situación se resuelva, esto les provoca incertidumbre y miedo. Los servicios sociales les darán el apoyo y aproximación estructural y afectiva que necesitan. De cualquier forma, si están con su padre es porque el Estado habrá visto que él puede darles la estabilidad que requieren. Los cambios siempre cuentan con un proceso de adaptación que cuesta sostener, pero lo vital para su salud es tener apoyo para salir adelante, lo que conseguirán con un seguimiento psicológico que trabaje en la aceptación de su circunstancia. Los menores se pueden encontrar en estado de vulnerabilidad, porque se trata de un caso muy mediático en el que la información que tienen de su padre se puede magnificar negativamente. La estructura que ellos necesitan debe ser potente para su bienestar, por lo que hay que darles apoyo.
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