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Un encargado de la limpieza se quitó el traje en la calle y no protegió los guantes

Imagen del operario quitándose el traje en el patio del edificio.
Imagen del operario quitándose el traje en el patio del edificio.larazon

La jornada de ayer fue muy intensa en la urbanización de la auxiliar de enfermería. Después de la tensión vivida con los enfrentamientos entre policías y activistas para evitar el sacrificio de Excalibur, llegó el momento de la limpieza. La calle estaba despejada, pero los agentes custodiaban la entrada al edificio para que nadie interfiriera en las labores de limpieza del portal y de las escaleras. Un cartel avisaba a los vecinos que durante el día de ayer se procedería a desinfectar el portal y la casa de Teresa, vivienda que todavía no ha sido saneada. Eran pocos los vecinos los que salieron de sus casas en la tarde de ayer, pero no bajaban la guardia.

Uno de ellos, grabó con su cámara lo que ocurría en la finca, donde tres policías y un coche patrulla custodiaban el camión en el que se trasladaron los equipos de limpieza. Lo que más sorprendió a esta vecina es que, después de la alarma suscitada tras conocer que la enfermera infectada, su marido y su perro vivían en su comunidad, un operario de la limpieza se quitara el traje protector en plena calle y sin precaución alguna. El trabajador abrió la puerta trasera del camión y sacó una bolsa para guardar su traje. Después, a la vista de todos, procedió a quitarse el traje, lo guardó en la bolsa y lo guardó en el camión. Muy cerca de él había un compañero, que se acercó a comentarle algo mientras guardaba el traje en la bolsa. Después, se quitó los guantes y los dejó encima de la bolsa con total despreocupación y sin tomar ninguna medida de precaución. Los tres agentes se mantuvieron agrupados a unos cinco metros de distancia y una vecina acompañada de sus dos hijos pasó junto a los agentes durante el proceso y uno de los policías se dirigió a ella para que no se acercaran al camión.

Los vecinos continúan manifestando su malestar por la situación, hasta tal punto, que un virólogo se acercó a la urbanización para intentar tranquilizarlos.