Un estudiante desvela las brutales prácticas de iniciación para entrar en una fraternidad

Dos estudiantes norteamericanos han denunciado las prácticas de iniciación para entrar en una fraternidad, que calificaron de similares a las utilizadas en Guantánamo. Según publica el diario "The Independent", los jóvenes relatan cómo el mes de marzo de 2012, durante una noche fría, los hermanos de Sigma Alpha Epsilon ordenaron a Justin Stuart recitar el credo de la fraternidad. No le fue fácil pronunciar las palabras. Stuart estaba en ropa interior, metido en un cubo de basura lleno de hielo hasta la cintura. Mientras recitaba, los "hermanos"lo regaban con una manguera y le vertían cubos de agua sobre la cabeza. Convencido de que la práctica le traería el éxito social en la universidad y luego un trabajo en Wall Street, el recluta larguirucho de los suburbios de Maryland soportó el abuso.

La iniciación duró ocho semanas. Durante ese tiempo, los miembros de la fraternidad de la Universidad de Salisbury en Maryland lo golpearon Stuart con palos, le obligaron a beber hasta acer desmayado, lo vistieron de mujer y le obligaron a ponerse unos pañales. Los aspirantes eran encerrados hasta nueve horas en un sótano oscuro, sin comida, agua ni un sitio donde hacer sus necesidades, mientras escuchaban el sonido atronador de una canción de rock alemán a todo volumen. "Honestamente, me recordó a la Bahía de Guantánamo. Era casi como una tortura", dijo Stuart.

Desafiando el código de la fraternidad, Stuart compartió sus vivencias en Sigma Alpha Epsilon, una de las fraternidades más grandes y más conocidas en EEUU. Su testimonio llevó a la Universidad de Salisbury a suspender las actividades de ls institución hasta la primavera de 2014. La Junta disciplinaria de la universidad determinó que la versión de Stuart era real y que la fraternidad había violado las normas del centro sobre el alcohol, las novatadas, las amenazas o actos de violencia.

Este episodio demuestra las dificultades de los colegios mayores para prevenir las novatadas y el grado en que los alumnos protegen sus fraternidades. Al conocerse la sanción, uno de los fundadores de la fraternidad, retiró donación de dos millones de euros que realizaba cada año a la universidad.

El caso de Stuart no es el único y el centro ha logrado destapar un centenar de episodios similares en la fraternidad desde 2007, que ha sufrido nueve muertes relacionadas con el consumo de alcohol, las drogas y las novatadas desde 2006, más que cualquier otra franternidad, según datos compilados por Bloomberg News.

En un comunicado, la organización nacional de Sigma Alpha Epsilon dijo que tiene "tolerancia cero para las novatadas". Frank Ginocchio, consejero general de la organización, jusfificó las muertes de los estudiantes en todo el país como el resultado de "una tormenta perfecta", en lugar de deficiencias en la supervisión.