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Un hermano del niño del pozo de Málaga murió con tres años en 2017
El pequeño Oliver sufrió un infarto
Un hermano de Julen, el niño que ayer cayó a un pozo en Málaga, murió en el año 2017 con tan solo tres años de edad.
La tragedia se ha cebado con José Rocío, feriante ahora desempleado, y Victoria María García, los padre de Julen. Un hermano del niño que ayer cayó a un pozo en Málaga murió en el año 2017 con tan solo tres años de edad. Según los vecinos de la familia, el pequeño Oliver falleció cuando Julen contaba con tres meses de edad. Hoy la desgracia vuelve a golpear a esta familia de la localidad de El Palo, que está destrozada.
Un vecino ha explicado que el niño murió de un infarto. "Falleció hace un año a causa de un infarto cuando estaba en la playa", ha asegurado.
Hoy, el primer objetivo es conocer el estado en el que se encuentra el pequeño, a través de una cámarn. Así lo ha explicado a los medios de comunicación el oficial Aitor Soler, responsable de la Unidad especial de emergencia y respuesta inmediata de la Comunidad de Madrid, ERICAM, con experiencia en rescates en cuevas y terremotos.
"Lo primero es ver a qué profundidad se encuentra y luego comprobar si está vivo o no", ha indicado Soler, quien ha precisado que la cámara permite conocer la temperatura y el movimiento, además de la conexión inmediata del niño con el exterior.
La principal dificultad del rescate es el diámetro del pozo, seguida de la profundidad.
Una de las opciones -que han puesto en marcha los equipos de rescate- es la realización de una prospección paralela, que consiste es "hacer un agujero mucho más grande para trabajar con comodidad, suficientemente lejano como para que las vibraciones que se hacen en su construcción no afecten al primer pozo y no provoquen el desprendimiento de piedras", ha apuntado.
Igualmente, Soler ha señalado la importancia de "asegurar"la perforación actual con unos tubos laterales a medida que se va profundizando para evitar la caída de piedras sobre el rescatador y el niño.
La construcción de un túnel paralelo ancho, que podría llevar dos días, posibilitaría la bajada de un rescatista que podría hacer un agujero para llegar hasta el pozo inicial y el niño.
Una vez que localizado el menor, lo fundamental es hidratarlo, con un pequeño tubo que se podría hacer llegar hasta él y con posterioridad se le proporcionaría alimentación.
La situación en la que se encuentre el pequeño dependerá de una serie de factores como la temperatura del pozo -que corresponde a la media anual de la zona-, la humedad, la estrechez y el daño que haya sufrido en la caída.
Entre las ventajas del rescate de niños frente a adultos, Soler ha comentado que "no se dan cuenta de la situación tan extrema en la que se encuentran", lo que les "ayuda a resistir", y son "más flexibles", pero son "más débiles".
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