Sanidad
El médico joven más influyente del mundo es español
Sólo tiene 29 años y ya es uno de los expertos de la OMS para la lucha contra el ébola. Velasco encabeza el ranking de ciencia y salud.
2015 ha sido, sin duda alguna, el año de César Velasco. Este médico especializado en Medicina Preventiva y Salud Pública ha pasado de ser un residente más del Hospital Clínic de Barcelona a encabezar la primera lista europea que realiza la prestigiosa revista «Forbes» de los mejores «cerebros» menores de 30. ¿Por qué? De acuerdo con la publicación, por su implicación en la lucha contra el ébola: «Fue capaz de ir al origen de la epidemia y hacer un seguimiento de la enfermedad, así como de elaborar guías que ayuden a los profesionales de la salud a protegerse mejor». Pero no es sólo por esto. Como explica este joven médico de 29 años, «Forbes» «busca jóvenes que representen a la generación ‘‘millenial’’. Con ideas innovadoras, formados, con una trayectoria sólida y capaces de cambiar el panorama en los próximos diez años». Son tan capaces que hasta esta entrevista se hace adaptada a los tiempos, por WhatsApp. El anuncio a la Prensa le ha pillado en pleno Londres y aprovecha los traslados para atender a los medios. Una experiencia «interesante».
Y no es de extrañar que la revista norteamericana se haya fijado en él. Su trayectoria sólo del último año da vértigo a cualquiera que se atreva a entrar en su perfil de Linkedin, aunque él prefiera resumirlo en un par de líneas de mensaje de texto. Tras sus cuatro años de residente en el Clínic entró a formar parte del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), el órgano europeo responsable de la salud pública de la Unión Europea. Empezó a trabajar en la Unidad de Vigilancia y Respuesta y pronto volvió a destacar. La Sociedad Española de Vacunología y el centro de referencia en lucha contra la malaria ISGlobal propusieron su nombre a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y «me eligieron como experto. Nunca pensé que fueran a seleccionarme. Puede que tuviera suerte». Pero al contrario de lo que pueda parecer, Velasco no buscaba la comodidad de un despacho en Ginebra, sino que decidió irse al meollo del problema. Se desplazó con la Red Mundial de Alerta y Respuesta ante Brotes Epidémicos (GOARN) de la OMS a Sierra Leona.
Viajó al centro de la epidemia como experto internacional para trabajar en una posible vacuna contra el virus ébola, «lo que fue todo un privilegio y una experiencia profesional increíble». Eso sí, una vez allí, «la situación fue dura, pero muy interesante». Su labor, a pesar de las dificultades de la situación en uno de los países más afectados por el virus, ya ha empezado a dar frutos: «Creo que estamos más cerca de dar con una vacuna, aunque hay que seguir investigando y fomentando la colaboración entre instituciones y Gobierno para acelerar su desarrollo. Los resultados provisionales publicados en ‘‘The Lancet’’ son muy prometedores», explica. Es más, ya está preparando una nueva publicación «con colegas de distintas instituciones», mientras el grupo de la OMS en el que colabora «sigue activo».
Sabe que lo que ha logrado no es lo habitual para un médico nacido a finales de los 80 y en muchas ocasiones le han planteado la duda: ¿no eres demasiado joven? «Claro que sí, pero yo sólo respondo con humildad. Lo importante es saber escuchar e intento aprender de los que llevan muchos años en esto. Mi madre siempre me dice que tenemos dos orejas y una boca para escuchar el doble de lo que hablamos y yo me he aplicado el cuento bien pronto», bromea entre emoticonos. «Aprendo día a día y sólo doy mi opinión cuando creo que puedo aportar algo». Y ésa es su nueva misión: «Contribuir a dar una Sanidad pública de calidad y seguir innovando».
En septiembre de 2015 inició su nuevo reto como subdirector médico del Hospital Clínico Universitario de Zaragoza. Desde su nuevo puesto busca cumplir con uno de los retos que le plantea la propia «Forbes», que destacó que su carrera académica y científica es «un ejemplo de una nueva generación» de médicos que «lideran el cambio en la asistencia sanitaria».
Él tiene claro lo que quiere hacer: «Estamos en un mundo de cambios y hay que adaptarse». Busca darle un giro copernicano al actual Sistema Nacional de Salud porque «el sistema tiene que ser flexible para que los profesionales podamos dar lo mejor de nosotros en cada momento. Hay sectores que aprendieron la lección hace tiempo y el dedicado a la salud tiene que mirar hacia delante. Sin complejos y apoyando el talento», argumenta. ¿Por dónde empezar? En eso tampoco duda: «Desde mi propio trabajo». Tiene ganas de ponerse manos a la obra, por eso el aluvión mediático en el que se ha visto envuelto no deja de ser «un mundo distinto para mí. Este tipo de cosas sé que son importantes para la sociedad, pero para los profesionales dedicados a la asistencia hay cosas primordiales, como ocuparnos de la salud de la población». Quiere que el Sistema Nacional de Salud «alcance la excelencia». ¿Cómo? «Debemos mejorar las condiciones de los profesionales sanitarios, la saturación de algunos servicios y la educación para la salud. La población necesita saber cómo usar el sistema, es un campo importante para empoderar a los ciudadanos».
Se despide con un gracias y un futurible: «Tal vez, gracias a las nuevas tecnologías, la próxima entrevista me la puedas hacer con un holograma».
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