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Un pozo paralelo o una excavación a cielo abierto, opciones para rescatar al niño de Málaga

El pozo en el que cayó Yulen
El pozo en el que cayó Yulenlarazon

Los equipos de rescate que trabajan en el intento de salvamento de Julen, el niño de dos años que se cayó a un pozo en Totalán, trabajan con dos hipótesis.

«Un rescate de este tipo requiere ante todo prudencia, por el riesgo de derrumbes; la paciencia es tiempo y tiempo es lo que no nos sobra». De esta manera gráfica describe a LA RAZÓN un agente de la Guardia Civil la situación de la operación de salvamento que se desarrolla en la localidad malagueña de Totalán, para sacar a la superficie a un niño de dos años que, según un familiar, cayó por un angosto pozo de 107 metros de profundidad.

A media tarde de ayer, según fuentes de dicha operación consultadas por este periódico, se trabajaba todavía en tratar de limpiar de arena y piedras el interior del pozo, de un diámetro de unos 25 centímetros, por el que, según ese familiar, cayó el menor a primeras horas de la tarde del domingo.

Mediante un sistema aportado por una de las empresas que colaboran en el rescate, se trata de desatascar, como con un cazo, el «tapón» de piedras y arena con se han encontrado a unos 70 metros de profundidad.

Una vez logrado este objetivo, se procedería a introducir una cámara para intentar saber en qué estado se encuentra el menor y proceder en consecuencia.

Asimismo, se entubaría el pozo para evitar nuevas caídas de material que puedan dificultar las labores de salvamento y garanticen la entrada de aire al interior de la oquedad.

Paralelamente a estos trabajos, personal especializado, entre ellos topógrafos, estudian la composición del terreno para tratar de determinar cuál de las opciones de rescate que están sobre la mesa es la más conveniente: la perforación de un pozo paralelo, con la suficiente anchura, como para puedan bajar personas adultas (en la zona se encuentran ya especialistas de los Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas (GEAS); de Rescate en Montaña (GREIM), ambos de la Guardia Civil; bomberos de Málaga; 112); o bien, mediante una excavadora, tratar de llegar lateralmente hasta el lugar donde se supone que está el niño.

Una dificultad añadida es la del acceso de grandes camiones, a través de un camino de montaña, que portan los generadores de electricidad necesarios para la realización de la operación, excavar el nuevo túnel, así como para iluminar la zona en la que se trabaja durante las 24 horas desde que se conoció la alerta.

Según explicó a los periodistas Bernardo Moltó, portavoz de la Guardia Civil, en el momento en que llegue todo el material necesario, se van a acometer todos los trabajos necesarios (después de conocer el informe de los técnicos especialistas que se encuentran sobre el terreno).

De momento, se desconoce a qué altura puede encontrarse el niño, ya que, insistió, se ha conseguido llegar a los citados 70 metros de profundidad que es donde los equipos se han topado con el «tapón». Durante los trabajos de rescate fue encontrada una bolsa de chucherías y un vaso de plástico en el pozo.

Varias empresas de Andalucía y Cataluña se han ofrecido para colaborar en las tareas de rescate y algunas técnológicas han adaptado instrumentos para emplearlos en estas labores, como el citado «cazo» con el que se extraen las piedras y la arena del pozo.

La familia alertó el domingo, a las 14:00 horas, a los servicios de emergencia de que el niño había caído en este pozo, un orificio de prospección para buscar agua de unos 25 centímetros de diámetro, por lo que se activó un dispositivo de rescate que se mantuvo durante la noche del domingo al lunes y en el que participan un centenar de efectivos.

Muy activo

Julen, según comentan los vecinos de la barriada de Málaga donde vive su familia, es un niño muy activo, que juega continuamente con su triciclo y con balones de fútbol.

Los vecinos de las viviendas de la zona conocida como «Las Protegidas», en la popular barriada de El Palo, en la capital malagueña, se refieren al menor con cariño porque lo veían con frecuencia jugar por el pasaje peatonal que discurre entre pequeñas casas donde viven varios familiares.

Según Efe, es un núcleo poblacional muy próximo al mar donde son devotos de la Virgen del Carmen, a la que sus habitantes fueron a rezar ayer porque todo salga bien en las tareas de localización y rescate.

Un familiar del pequeño comentó que la madre del pequeño le había dicho que los equipos de rescate «hacen todo lo que pueden». El padre, José Rocío, feriante ahora desempleado, y la madre, Victoria María García, a la que llaman Vicky, trabajadora de una cadena de hamburgueserías, optaron por echar el día en la finca de unos amigos del barrio.

Por su parte, la subdelegada del Gobierno en Málaga, María Gámez, subrayó que «el problema es que sigue cayendo material, se compacta, es húmedo, y la zona es fría... en definitiva, no es fácil seguir rastreando ahí». «Los trabajos técnicamente son muy complicados».

Señaló que los padres estuvieron en el lugar durante toda la noche, pese a que se les aconsejó que descansaran. «Estamos muy cerca de ellos y les hemos traslado la tranquilidad de que toda la información que tengamos se la vamos a trasladar primero a ellos». La prioridad es «poder acceder y localizar» al menor y «todas las alternativas se están valorando desde el punto vista técnico. Ahora lo que nos tenemos que dedicar es a seguir trabajando».