Violencia de género
Una menor, la última víctima de las agresiones sexuales en sanfermines
El denunciado fue detenido y puesto en libertad por el juez. Los casos suben a 17
El denunciado fue detenido y puesto en libertad por el juez. Los casos suben a 17
Un joven de 20 años fue el último detenido ayer por un nuevo caso de agresión sexual, aunque horas después fue puesto en libertad. La víctima, de 17 años, manifestó en su denuncia que había conocido a un joven en las fiestas de San Fermín y que accedió a mantener relaciones sexuales con él en el parque de la Taconera de la capital navarra, pero, durante el acto, ella decidió que no quería continuar y se lo manifestó al chico. Sin embargo, éste hizo caso omiso, según la denuncia de la víctima.
Más tarde, la joven regresó con su grupo de amigos y les relató lo sucedido. Éstos la acompañaron a dependencias de Policía Nacional donde tras interponer una denuncia por estos hechos, se activó el protocolo contra agresiones sexuales. Fruto de las investigaciones, a última hora de la tarde del miércoles, los agentes consiguieron localizar y detener al presunto autor de los hechos, que carece de antecedentes y, tras pasar a disposición judicial, el juez de guardia le dejó en libertad.
Con ésta ya son al menos 17 agresiones sexuales que se han denunciado en sanfermines, aunque sólo en un caso –el del grupo de cinco jóvenes que violó a una chica– ha habido pena de prisión. Así, como afirmó ayer el alcalde de Pamplona Joseba Asiron, como balance de final de fiesta: «El único punto negro han sido las agresiones sexuales». Si bien destacó que los pamploneses se han movilizado contra ellas.
El letrado Daniel Borda lleva cerca de 20 años trabajando en el turno de oficio y conoce de primera mano los delitos que se producen durante las fiestas de la capital navarra. «Las agresiones que se están dando son algo excepcional. En Pamplona la tasa de criminalidad es bajísima y, por eso, cuando se dan tantos casos en una semana saltan las alarmas, pero es que a la ciudad llegan de repente un millón de personas», afirma. Lo que más echa en falta el abogado son normas más duras. «Las agresiones no se castigan con la suficiente severidad. Es peor robar un smartphone, que se roban muchos, que tocar a una mujer», denuncia.
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