París
Una residencia para jubilados gays causa una pequeña controversia en Francia
Una empresa británica que gestiona residencias de ancianos pretende construir un complejo para homosexuales en la mediterránea localidad francesa de Sallèles d'Aude, cuyo alcalde no se opone pero mostró hoy su sorpresa por desconocer el plan.
"Un oasis privado para la comunidad de gays y lesbianas mayores de cincuenta que quiera un estilo de vida activo y saludable en el caluroso, amistoso y sano clima del sur de Francia", reza la publicidad con la que la firma Villages Group promociona su nueva residencia.
El alcalde de ese pueblo de menos de 2.000 habitantes cercano a la frontera española, Yves Bastié, entregó el pasado marzo a la firma británica un permiso para construir la residencia, aunque el consistorio ignoraba que el proyecto se dirigiera específicamente un público homosexual y británico.
"Me molesta un poco por no haber sido informado y además porque se apartan. En la localidad hay homosexuales y vivimos juntos, en sociedad", comentó hoy el alcalde en declaraciones a la emisora "France Info".
El proyecto en sí, dice Bastié, le parece económicamente interesante para Sallèles d'Aude porque a través del hotel y del restaurante se creará empleo, pero hubiera preferido conocer los detalles y "discutirlo con el conjunto de la comunidad", comentó.
La empresa Villages Group no ha hecho declaraciones a la prensa sobre las circunstancias de la adjudicación para lanzar el proyecto bautizado como "Village-Canal du Midi", que contará con 107 casas individuales y ecológicas construidas en un estilo tradicional.
Piscina, sauna, tenis, gimnasio, bares, restaurantes son algunos de los complementos que acompañan a una factura de entre 236.000 y 248.000 euros por la compra de una de esas viviendas, a los que hay que sumar otros 70 euros semanales por los gastos de gestión.
Se trata de la primera residencia de este tipo proyectada en Francia, aunque existen numerosos negocios similares en Estados Unidos, Australia, Canadá o Alemania.
El pasado mes de mayo, el presidente de Francia, el socialista François Hollande, promulgó la ley que autoriza en su país los matrimonios entre personas del mismo sexo y ya se han celebrado los primeros enlaces homosexuales en tierras galas.
No obstante, el cambio legislativo vino aparejado de una fuerte y larga contestación en multitudinarias manifestaciones por parte de los detractores de esa nueva ley, que la oposición de la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP) ha dicho que someterá a referéndum si llega al poder en 2017.
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