Salud

La ventilación y el tratamiento de la calidad del aire son claves para la lucha contra el gas radón

LA RAZÓN celebra una mesa redonda en colaboración con Murprotec para analizar los riesgos y soluciones relacionados con el gas radón

El gas radón es un gas noble, incoloro, inodoro e insípido que emana del terreno, especialmente en zonas graníticas. Una vez emanado del suelo pasa al aire, donde se desintegra generando otras partículas. No sería mayor problema de no ser porque, además, es un gas radioactivo y la exposición continuada a este elemento radiactivo es la primera causa de cáncer de pulmón en personas no fumadoras.

Ante esta situación, LA RAZÓN y Murprotec han celebrado una mesa redonda en la que han intervenido tres expertos en la materia. Moderados por la periodista Eva Rull, redactora de A TU SALUD, el suplemento de salud de LA RAZÓN, el debate ha tenido como protagonistas a Ángel Cano Cerrada, director de Murprotec Madrid, a la doctora Sara Cristina González, del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario La Luz y al arquitecto Javier Alonso Gutiérrez.

Mesa Redonda “El Gas Radón” en La Razón. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón.
Mesa Redonda “El Gas Radón” en La Razón. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón. Alberto R. RoldánFotógrafos

Una vez hechas las presentaciones, y para comenzar el debate, la moderadora preguntó a los ponentes sobre la situación actual de la sociedad y la normativa respecto al gas radón. En primer lugar, tomó la palabra Ángel Cano, que explicó que “hoy hay mucha más conciencia sobre el gas radón que antes, pero aún tenemos mucho trabajo por delante”, comentó. “Hoy en día existe un porcentaje relativamente grande que está muy concienciado y formado respecto al radón, pero también hay una gran parte de la población que lo desconoce por completo. Por eso es muy importante acciones divulgativas como esta mesa redonda para dará a conocer esta realidad que afecta, y mucho, a las personas”.

Javier Alonso explicó en su primera intervención cómo la normativa ha avanzado respecto al radón. “Desde el año 2020 hay una normativa explícita para nuevas obras en la que se deben hacer mediciones y controles del gas radón, y se trata de una normativa que garantiza una seguridad ante la exposición al gas”, explicó. Sin embargo, para este experto arquitecto el problema está en los edificios ya construidos, pues la solución, aunque válida teóricamente, es muy compleja de llevar a cabo. “No podemos olvidar”, comentó Alonso, “que el gas radón emana del suelo, por lo que es muy complejo tratar un edificio desde abajo”, aunque no descartó opciones viables y accesibles para la reducción de concentración de gases en los edificios, como la ventilación de las estancias.

Por su parte, la doctora Sara Cristina González puso el acento en la afección que este gas tiene en las personas. “El gas radón es la primera causa del cáncer de pulmón en personas no fumadoras en los lugares donde se ha detectado mayor presencia del gas”, explicó la doctora. Además del cáncer de pulmón, también produce tumores cutáneos (no melanomas).

¿Dónde hay mayor concentración de gas radón?

Según estudios elaborados por el CSIC y el CSN, las zonas de España donde más concentración de gas radón existe son Galicia, Extremadura, Castilla y León y algunas zonas del norte de la Comunidad de Madrid. Dentro de estas áreas, el interior de los edificios es el lugar perfecto para la acumulación del radón, sobre todo en sótanos y plantas bajas, con mayor incidencia si tienen una mala ventilación. El Plan Nacional contra el Radón dictamina que la acumulación de este fluido debe ser inferior a 300Bq/m3 en interiores. Murprotec ha trabajado conjuntamente con el CSIC para elaborar sistemas de ventilación y purificación del aire en estos espacios, y fruto de esta colaboración han desarrollado la CTA (Central de Tratamiento del Aire), un sistema de ventilación continua que recoge, presuriza y purifica el aire recogido del exterior (el de mejor calidad) para introducirlo en loas edificios o estancias requeridos, mejorando la calidad del aire del interior y eliminando los riesgos de la inhalación de gases nocivos para la salud de las personas.

“El desarrollo de la CTA comenzó como un tratamiento para las humedades, pero tras contactar con el CSIC para la medición de gas radón pudimos comprobar que, además, podíamos adaptar nuestra CTA para tratar los casos de acumulación de gas radón en espacios cerrados o mal ventilados”, comentó Ángel Cano. La CTA de Murprotec demostró su efectividad en todos los casos de estudio planteados por el CSIC y es 100% efectiva para reducir a niveles inferiores de 300Bq/m3 la concentración de radón en espacios cerrados.

Posibles soluciones

En cuanto a las soluciones que se pueden adoptar para reducir los niveles de gas radón en edificios y viviendas, Javier Alonso quiso diferenciar entre construcciones de nueva ejecución y edificios ya construidos. En los primeros, según Alonso, “el Código Técnico de la Edificación establece ya las garantías para asegurar los niveles óptimos de gas radón, llegando a niveles incluso inferiores, pues los aislamientos están preparados para soportar acumulaciones de hasta 300Bq/m3, pero realmente la cantidad de gas que sobrepasa esta barrera es inferior”, comentó Alonso.

En cuanto a las construcciones ya ejecutadas, la solución es más compleja. “Existen actuaciones teóricamente viables, pero muy difíciles de llevar a cabo, como la despresurización del suelo. Sin embargo, lo más eficaz y sencillo en muchos casos pasa por una correcta ventilación”, según Alonso.

Ángel Cano recogió este testigo para explicar cómo el tiempo atmosférico influye de manera activa en las emanaciones de gas, pues establece diferencias, a veces grandes, entre la presión del aire y la presión del terreno. “Las bajas presiones producen menos emanaciones. También, la porosidad del terreno es determinante, pues una acumulación correcta de humedad en la tierra hace que la emanación de radón a la atmósfera sea menor”.

Actuaciones pertinentes

Llegados a este punto del debate, Rull planteó cómo se debería actuar ante la presencia del radón. Sara Cristina puso el acento en los colegios e institutos. En su opinión, todo plan estratégico por parte de administraciones o ayuntamientos debería tener los centros escolares en el primer puesto, pues “los niños y adolescentes, por su etapa de desarrollo, son más sensibles a las partículas alfa desprendidas del radón, que afectan al ADN y pueden provocar el desarrollo del cáncer de pulmón en etapas más tempranas”, comentó. Ante esta situación, Javier Alonso coincidió con la doctora, abogando, además, que “la normativa prohíbe que se ejerzan actividades docentes en sótanos, por lo que la ventilación de las aulas puede hacerse más fácilmente”.

Javier Alonso expuso, como conclusión, que se podrían llevar a cabo sucesivas mediciones en las construcciones para garantizar los niveles de radón a través de los años, lo que, además, garantizaría una correcta aplicación del código técnico. Sin embargo, para las construcciones ya ejecutadas “hace falta un plan específico para tratarlas de manera eficiente y correcta”.

Sara Cristina González concluyó con un llamamiento a las autoridades, pues “el radón no es un tema menor. Tenemos evidencias científicas de lo que provoca en las personas y, si se hizo con el tabaco, también hay que concienciar a la sociedad de los efectos nocivos del radón y de su alto riesgo perjudicial para la salud”, concluyó.

Por último, Ángel Cano abogó por la puesta en marcha de una colaboración público-privada y puso como ejemplo el caso de éxito que han llevado a cabo el CSIC y Murprotec. “En Murprotec somos pioneros en el estudio y la puesta en marcha de acciones para luchar contra el gas radón, poniendo como objetivo la salud de las personas y su calidad de vida por encima del negocio”.

Esta reflexión fue el broche perfecto para esta interesante mesa de debate. Eva Rull agradeció la presencia de los ponentes y de las personas que pudieron seguir el debate a través del streaming emitido en la página web de LA RAZÓN, y con ello se dio por finalizada la sesión.