Guadalajara

Zorita, en el ecuador de su desmantelamiento

La Razón
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Ya han pasado más de tres años desde que empezó el desmantelamiento de José Cabrera, la central de Almonacid de Zorita, en Guadalajara. «El proyecto se encuentra en estos momentos en su ecuador, aproximadamente al 50 por ciento de los trabajos previstos», explicó ayer Manuel Rodríguez, director de Desmantelamiento de la Central José Cabrera, de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa). Pero lo que supondrá un hito es que están a punto de finalizar la segmentación de los componentes internos del reactor. «Están prácticamente segmentados en su totalidad. Sólo falta la parte final de los ''internos inferiores'', los materiales más activados de la central. Esperamos acabarlo para la primera semana de junio. Es decir, que en tres semanas habremos terminado el corte de estos residuos, que se lleva a cabo con herramientas teleoperadas, mediante control remoto, y bajo agua, lo que permite blindarnos frente a la radiación y garantizar la seguridad de estas operaciones», precisó. «Se ha hecho en muy contadas ocasiones a nivel mundial y es la primera vez que se hace en España», añadió Rodríguez.

El volumen de residuos presentes en el reactor asciende a 60 toneladas, que pueden parecer pocas porque esta central tiene en total 4.000 toneladas. Si bien lo importante es que son los que mayor actividad tienen. De ahí que «una parte, aproximadamente 20 toneladas, vaya a ir al Cabril, y los más activos se depositarán en cuatro contenedores en el Almacén Temporal Individualizado (ATI) que hay en las propias instalaciones de Zorita». Estos residuos permanecerán en este almacén hasta que esté construido el Almacén Temporal Centralizado (ATC).

Pero para antes deberán estar concluidos los trabajos de desmantelamiento. «Una vez segmentados los componentes internos del reactor, se procederá en unos meses al corte de la vasija. Mientras tanto, se siguen desmontando otros grandes componentes del circuito primario en el recinto de contención (presionador, generador de vapor, etcétera), así como otros sistemas. Una vez "vaciados"todos los edificios, será el momento de verificar la ausencia de contaminación tanto en los suelos como en las paredes. Verificada la ausencia de contaminación, será el momento de proceder a la demolición convencional de los edificios, triturado in situ del escombro, rellenado de huecos de las cimentaciones y restauración ambiental del terreno. Será en ese momento cuando Enresa devuelva la titularidad del emplazamiento de la Central "José Cabrera"a Gas Natural Fenosa», precisó. «Con el ritmo actual, si los trabajos evolucionan de acuerdo con el programa establecido, las labores de desmantelamiento se habrán concluido a finales del año 2016», concluyó Rodríguez.