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«Star Trek: En la oscuridad»: Y se hizo la luz... estelar

Director: J.J Abrams. Guión: Alex Kurtzman, Roberto Orci, Damon Lindelof. Intérpretes: Zoe Saldana, Chris Pine, Zachary Quinto, 2013. EE UU. Duración: 132 min. Ciencia-ficción.

«Star Treck: En la oscuridad»
«Star Treck: En la oscuridad»larazon

Lo reconozco: jamás he sido una seguidora, ni trekkie ni no trekkie, de aquella legendaria serie de televisión realizada en los años 60, primero, y larguísima saga cinematográfica, después, al punto de confundir algunas veces unas películas con otras. O sea, que había factores en contra para afrontar esta nueva ración de mundos lejanos, siglos venideros y uniformados aguerridos, pero hemos de convenir, sin embargo, que da igual si el espectador es un adicto a los pijamas galácticos, porque la película realizada por J.J. Abrams (además de la entrega de esta misma saga que rodó en 2009 y la ya legendaria «Perdidos,» ha filmado «Misión: Imposible 3», «Super 8»... un director acostumbrado a manejar números, y bien) le asegura al público en general la diversión durante todo su, por otra parte, generoso metraje con el capitán Kirk y el señor Spock (una amistad inquebrantable ésta de la que Abrams y los guionistas saben sacar tajada) a la cabeza de una nueva heroicidad cuando descubren que un misterioso individuo está dinamitando la organización con varios ataques contra las fuerzas de la flota estelar. Hay que cazarlo. ¿Pero a quién? Pues a un villano con notables dosis de oscuridad y magnetismo que interpreta el inquietante Benedict Cumberbatch y, a la postre, muy probablemente, el auténtico protagonista de la cinta. Qué malo más bueno para este agilísimo «blockbuster» de excelentes efectos especiales que homenajea en varias impactantes escenas (sobre todo, durante el arranque) a «La guerra de las galaxias» y que posee asimismo ciertos toques de humor y numerosos guiños al programa original del que todo esto emergió, incluida la presencia de Leonard Nimoy, o sea, el Spok original, bastante potable aún a los 82 años. Verdad: la película no defrauda ni a los admiradores más acalorados ni a los que eso de la Enterprise ni fú ni fá. Nunca mejor dicho: larga vida y prosperidad, tripulantes.