Seguridad

Bill Gates predijo en 2004 lo que es una realidad en 2025: "Las contraseñas ya no son suficientes"

La conveniencia de métodos como la biometría que garantizasen un acceso legítimo fue objeto de reflexión para el fundador de Microsoft en una conferencia sobre seguridad

El informático y filántropo estadounidense Bill Gates predijo la necesidad de reforzar la seguridad hace dos décadas
El informático y filántropo estadounidense Bill Gates predijo la necesidad de reforzar la seguridad hace dos décadasEFE/Penguin Random House

Vivimos en una época en la que existen cientos de servicios y de aplicaciones que requieren de un perfil de usuario para utilizarlas de forma personalizada. Para que a ese perfil solo pueda acceder quien lo ha creado debe estar protegido, y para eso están las contraseñas, pero no solo ellas, puesto que existen más métodos de seguridad para proteger el acceso. No hay que olvidar que por cada servicio que hay en línea existe una posibilidad de ser víctimas de algún ciberataque, cuestión que afecta por ejemplo en Whatsapp.

Pero claro, con tantos servicios, tantos perfiles y tantos formularios en ocasiones resulta complicado recordar todas las contraseñas, puesto que siempre se aconseja utilizar una diferente para sitio en el que tengamos que acceder vía credenciales. Esto es algo de lo que hoy en día nos damos cuenta y que exige soluciones, pero que hace más de veinte años ya vaticinó Bill Gates, demostrando una vez más que su capacidad visionaria no se acabó al imaginar un sistema operativo como Windows.

Biometría y 2FA al servicio de la seguridad adicional de los usuarios

En 2004, Bill Gates, cofundador de Microsoft, pronosticó el fin de las contraseñas a medio plazo por la necesidad de opciones que garantizasen mayor protección. Durante su intervención en la Conferencia RSA en materia de seguridad, Gates destacó que, en un futuro no tan lejano, la autenticación a través de contraseñas sería reemplazada por métodos más seguros y convenientes, como la biometría o la autenticación en dos factores.

Veinte años después vemos que en Bill Gates tenía toda la razón con su afirmación. Así, pese a que las contraseñas son todavía el método más empleado para proteger el acceso, la gran mayoría de proveedores de servicios optan por recomendar un escalón adicional a nivel de seguridad, como la autenticación en dos factores (2FA).

Con esta doble barrera de seguridad, el usuario tiene la garantía extra de que el acceso a la plataforma en cuestión requiere tanto de la contraseña, que se puede hackear o filtrar, como de un código temporal que recibirá en su dispositivo y sin el que no se podrá completar el proceso de ingreso en la aplicación en cuestión. Dos datos necesarios y con la tranquilidad de que al menos uno de ellos siempre estará en poder del usuario, al llegar a su terminal.

La biometría ha sido otro elemento fundamental en la evolución en materia de seguridad. Aspectos como el reconocimiento facial para el desbloqueo de dispositivos y aplicaciones o la huella dactilar para confirmar el acceso a determinados servicios han supuesto un salto notable para preservar la tranquilidad y la privacidad en los accesos por parte de terceros. Eso sí, en muchas ocasiones este tipo de accesos prescinden del uso adicional de la contraseña, haciendo más sencillo el ingreso, pero restando esa doble confianza que ofrece por ejemplo la autenticación en dos factores.

Las empresas evolucionan con los tiempos

Lo cierto es que los riesgos de accesos no consentidos en diferentes plataformas están a la orden del día y también con ellos trabajan los grandes referentes del sector tecnológico como Google, que ha implementado una nueva función en su gestor de contraseñas que permite cambiar una contraseña de forma automática si se detecta que ésta ha sido filtrada.

En este tipo de solución no había pensado Bill Gates hace dos décadas, sino a buen seguro que habría encontrado el modo de implementarla dentro de su estrategia de fortalecer la seguridad de los usuarios. Pese a ello, que el cofundador de Microsoft dibujara a primeros del siglo XXI un panorama que requería de mayor seguridad que las contraseñas para proteger a los usuarios es digno de reconocimiento.