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¿Cómo usar la tecnología para resolver uno de los mayores problemas de siglo XXI?
El transporte público se está convirtiendo en uno de los grandes desafíos de la sociedad según las Naciones Unidas. Una app quiere resolverlos.
Los datos hablan por sí solos. De acuerdo con Naciones Unidas, en 2050, el 70% de la población vivirá en ciudades, un 20% que actualmente. Y esas son las previsiones conservadoras ya que la población urbana ha aumentado de los 746 millones en 1950 hasta los 4.000 millones en 2016. De hecho en 1990 había “apenas” 10 ciudades con más de 10 millones de habitantes. Este año la cifra se ha triplicado y en 2030 se cuadriplicará. Gestionar el transporte de tantos habitantes es vital para que una ciudad sea considerada como habitable, tanto en temas de eficacia como en el aspecto de salud, ya que el uso de transporte público reduce notablemente: un estudio de la Universidad de California y el Instituto de Políticas de Desarrollo y Transporte (ITDP por sus siglas en inglés) asegura que disminuye dichos índices hasta en un 40%.
Por ello entrevistamos a uno de los fundadores de la aplicación de transporte público Moovit, Roy Bick. Nacida en enero de 2013, hoy Moovit aconseja a sus 48 millones de usuarios en 1.200 ciudades de más de 60 países, el mejor medio para llegar a su destino utilizando el transporte público. Moovit calcula el tiempo de llegada evaluando todas las opciones disponibles, permite guardar direcciones favoritas (trabajo o casa) y en ciudades desconocidas o nuevos destinos, avisa en qué parada tenemos que bajar. Pero ahora ha ido un paso más allá y ha convertido a Madrid en la primera ciudad del mundo en la que no solo se puede ver los destinos, también se reciben alertas de los niveles de contaminación. Los datos son suministrados directamente por el Ayuntamiento de Madrid y en primera instancia servirán para informar, pero una vez que su uso se generalice serán la clave para anticipar episodios de alta contaminación.
“Hacemos que el transporte público sea más efectivo – explica Bick en conversación telefónica –. Cada día al menos un ayuntamiento se contacta con nosotros para ver cómo hacer más efectivo el sistema de transporte en su ciudad. Hemos descubierto que, entre nuestros 45 millones de usuarios, la mayor queja es la falta de información”. Para resolver esto en Moovit han ideado una estrategia que ya demostró su éxito en Waze (una app de información de tráfico en tiempo real en la que Nir Erez, otro de los co-fundadores de Moovit, le ofrecieron invertir): crear una comunidad de usuarios. “Quienes hacen mejor este servicio – añade Bick – son los usuarios, tenemos una comunidad de miembros que construyen en cierto sentido, el servicio en su propia ciudad a partir de su experiencia como usuarios del transporte público”.
Los usuarios pueden avisar de fallos en el transporte, demoras, mejores rutas o accidentes. Cualquiera puede colaborar y la app da puntos dependiendo de cuan efectivos y frecuentes sean los datos aportados. Para aquellos que les guste acumular puntos y ser participativos, los registros e información no se pierden si se cambia el dispositivo ya que existe la opción de sincronizar la sesión de usuario con cualquier red social.
Teniendo en cuenta su activa presencia en las redes sociales y que fue seleccionada la app oficial para gestionar el transporte público en los JJOO de Río y en la última Eurocopa, Moovit gestiona un volumen de información enorme, algo que puede preocupar a muchos, más aún con los antecedentes de otras apps que venden los datos de los usuarios. Consultado sobre este tema, Bick señala que “cada día recolectamos unos 100 millones de datos relacionados con trayectos, pasajeros y usos del transporte público. Pero no sabemos los nombres ni la edad ni el correo electrónico, solo nos interesa la ubicación y esa información solo la usamos nosotros con fines estadísticos. Tampoco guardamos nada de información personal”.
Si bien colaborar con las iniciativas para reducir la contaminación es uno de los principales objetivos de Moovit de cara al futuro, hay otros desafíos que la creciente urbanización del planeta está planteando. De acuerdo con la Academia Americana de Alergias, Asma e Inmunología (AAAAI), la cantidad de personas con alergias relacionadas a las estaciones o a la polución pueden llegar al 30% de la población mundial.
“Sí, es cierto – agrega Bick – y es algo que también nos plantearemos en el futuro: crear alertas para que nuestros viajeros, si son alérgicos a cierto tipo de polen o a componentes de la polución, puedan estar prevenidos. Habrá que colaborar con las autoridades locales que a menudo ofrecen esta información y dar ese servicio también”.
Respecto a otras posibilidades de futuro, las opciones son, por un lado limitadas, pero al mismo tiempo imaginativas: Moovit es una aplicación completamente gratis y no quiere recurrir a la publicidad para financiarse, algo que han hecho o están barajando la mayoría de las apps gratuitas. “Ahora estamos estudiando cómo hacer dinero con un servicio que es gratuito – confirma Bick –. Estamos experimentando con algunas compañías de taxis, con cobrar un pequeño plus para unir personas que viajan desde un mismo sitio y que lo hagan en un mismo coche o gestionar la compra de entradas”. En una de las últimas rondas de financiación Moovit obtuvo unos 50 millones de euros de empresas como Nokia, BMW o personalidades como Ashton Kutcher. Y, si el dinero no es un obstáculo tan importante, ¿Por qué no comienzan a producir sus propias series, como Netflix y recomendarlas teniendo en cuenta el tiempo de viaje que tendrá el usuario?, le preguntamos. “Es una buena idea, quizás debamos hablarlo”, asegura Bick mientras se despide.
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