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Facebook, un adolescente con problemas de adultos

La red social de Mark Zuckerberg cumple 15 años bajo la sombra del escándalo de Cambridge Analytica. La filtración de los datos de miles de usuarios ha hecho que sus hermanos menores, Instagram y WhatsApp, le superen en repercusión.

Facebook, un adolescente con problemas de adultos
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En los últimos tiempos, hablamos ya de casi un año, Facebook, la red creada por Mark Zuckerberg el 4 de febrero de 2004, se ha hecho con los titulares de la prensa por motivos no muy favorables. Principalmente, por problemas con la privacidad de los usuarios y por manipulación. Es obvio que es una empresa, pero se trata de una que se ha hecho un hueco en nuestra sociedad, forma parte de nuestra vida y, para muchos, es fundamental a la hora de estar conectados con otros y con el mundo. Por lo tanto, ¿qué pasaría si pretendiéramos tratar a Facebook, en términos psicológicos, como un adolescente en base a su currículum?

Lo primero es establecer una cronología de su pasado. En septiembre de 2006, se lanza News Feed para que los usuarios no tengan que buscar en los perfiles de los amigos para ver qué habían cambiado. Por aquel entonces, Facebook tenía ocho millones de usuarios. Un millón de ellos se unieron a los «grupos de protesta de Facebook News Feed», argumentando que la característica era demasiado intrusiva. A Zuckerberg no le importó y el servicio de noticias se convirtió en una parte importante del éxito.

En diciembre de 2007 llegó Beacon, el primer gran problema de Facebook con la privacidad. Básicamente, Beacon enviaba información de lo que hacían o compraban usuarios de Facebook en sitios web externos. Y esta información se publicaba para que la viesen los contactos. Incluso cuando los usuarios no estaban conectados a Facebook y sin su conocimiento.

En noviembre de 2011, el pasado le enfrenta, por primera vez, a la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos por permitir que la información privada se hiciera pública sin previo aviso. Dos años más tarde, en junio de 2013, un error de expuso información privada: direcciones de correo electrónico y números de teléfono de seis millones de usuarios.

Desde abril de 2015, los datos que obtienen las aplicaciones están determinados por el acuerdo que aceptamos al descargarlas. Éstos variaron para proteger la privacidad de las personas, pero Facebook ya había dado acceso a mucha información personal y no podía hacer un seguimiento de cuántos desarrolladores estaban usando datos previamente descargados. Comienza lo que más tarde se conocería como el Cambridge Analytica Gate.

Así, en marzo de 2018 se hizo público que Facebook conocía el robo masivo de datos y no hizo nada. Mark Zuckerberg publica en su muro un mensaje: «He estado trabajando para entender exactamente qué sucedió y cómo asegurarme de que esto no vuelva a suceder. La buena noticia es que las acciones más importantes para evitar que esto vuelva a ocurrir hoy, ya las hemos tomado hace años. Pero también cometimos errores, hay más cosas que hacer y necesitamos dar un paso adelante y hacerlas».

El diagnóstico

Con los antecedentes en mano, se puede establecer un diagnóstico. Es un «individuo» que en reiteradas ocasiones infringió las normas y manipuló. Su castigo fue únicamente económico.

De acuerdo con Sergio García, psicólogo clínico, «si pensamos en Facebook como una persona, estamos ante alguien rebelde que conoce las normas, pero se las salta según su conveniencia. Es claramente un adolescente que está en proceso de hacerse adulto. Pone unas normas muy férreas, pero no las acata». No hay una penalización emocional ya que los usuarios tampoco se han reducido en un número importante.

¿Qué ocurrirá entonces si este adolescente sigue con la misma conducta, si continúa sin cumplir las normas? «Si sigue en el mismo camino, será un delincuente – añade García –. Para ver cómo progresará y hacia dónde, se necesita tiempo y criterio. Criterio en las conversaciones que tenga con su padre y su madre. En este caso, esta figura es Zuckerberg. Depende de la conversación que tenga con él, irá hacia un lado u otro. Puede tener un padre al que quiera imitar». Facebook es la criatura mimada de Zuckerberg y eso puede hacer que quienes le rodean no estén felices.

¿Qué hay entonces de su entorno? «Instagram y WhatsApp serían los hermanos pequeños. Ellos también influirán en su futuro. Instagram lo está superando en repercusión y esto puede hacer que siga sus pasos por imitación. El “padre” va a tener presente que cada uno es una entidad diferente. Si los iguala, va a acabar con ellos, porque cada uno tiene sus propios intereses, objetivos y público. No tienen que celarse», concluye.

Facebook es un adolescente a quien le han resuelto todos los problemas dos hermanos menores que tienen buena letra y quieren superarlo y un padre omnipresente. ¿Qué nos espera en los próximos 15 años?