Inteligencia Artificial

Gracias a la IA se ha hecho el mapa de la actividad marina más preciso hasta la fecha

Y uno de sus hallazgos es que el 75% de los pesqueros en los mares no se detectan. Pero hay más.

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Actividad de diferentes tipos de energéticas en los océanosGlobal Fishing WatchGlobal Fishing Watch

El año pasado, casi todos los países del planeta han acordado proteger el 30% de la Tierra para 2030 en virtud del Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal. Si bien la intención es muy buena, puede quedar solo en palabras si no se cuenta con elementos objetivos que detallen las áreas más vulnerables y necesitadas de esta protección. Para responder a esto se ha creado un mapa de la actividad oceánica como nunca hemos visto.

¿Sirve este mapa para cumplir el acuerdo de protección del planeta? “La pregunta es ¿qué 30% deberíamos proteger? Y no se pueden mantener discusiones sobre dónde se realiza la actividad pesquera, dónde están las plataformas petroleras, a menos que se tenga este mapa”, explica David Kroodsma, uno de los responsables del mapa, que ha sido publicado en Nature.

Utilizando imágenes satelitales e inteligencia artificial, el equipo de Kroodsma ha mapeado la actividad humana en el mar con más precisión que nunca. El esfuerzo expuso una enorme cantidad de actividad industrial que anteriormente pasaba desapercibida, desde operaciones pesqueras sospechosas hasta una explosión del desarrollo de energía marina.

Hasta ahora, para realizar este tipo de mapas dependíamos principalmente del Sistema de Identificación Automática (AIS) marítimo para ver lo que sucedía en el mar. El sistema rastrea embarcaciones que llevan una caja que envía señales de radio, y los datos se han utilizado en el pasado para documentar la sobrepesca y el trabajo forzoso en las embarcaciones. Aun así, el sistema tiene importantes limitaciones. Los requisitos para llevar AIS varían según el país y el tipo de embarcación. Y es bastante fácil para alguien apagar la caja cuando quiere evitar ser detectado o navegar por lugares donde la intensidad de la señal es irregular.

Para llenar los espacios en blanco, Kroodsma analizó 2.000 terabytes de imágenes de la constelación de satélites Sentinel-1 de la Agencia Espacial Europea. Esto equivale a toda la información que pueden contener más de 15.000 teléfonos móviles. En lugar de tomar imágenes ópticas tradicionales, Sentinel-1 utiliza instrumentos de radar avanzados para observar la superficie de la Tierra. El radar puede penetrar las nubes y “ver” en la oscuridad, y pudo detectar actividad en alta mar que el AIS pasó por alto.

Dado que 2.000 terabytes es una enorme cantidad de datos para procesar (unos 500 millones de fotografías de 12 MP), los responsables del estudio desarrollaron tres modelos de aprendizaje profundo para clasificar cada embarcación detectada, estimar su tamaño y clasificar diferentes tipos de infraestructura marina. En total analizaron alrededor del 15% de los océanos del mundo, donde se lleva a cabo el 75% de la actividad industrial, prestando atención tanto a los movimientos de embarcaciones como al desarrollo de estructuras marinas estacionarias como plataformas petrolíferas y turbinas eólicas entre 2017 y 2021.

Los resultados revelaron que tres cuartas partes de los buques pesqueros industriales del mundo no son rastreados públicamente y hasta el 30% de los buques de transporte y energía también escapan al seguimiento público. Esos puntos ciegos, según los autores, podrían obstaculizar los esfuerzos de conservación global. Para proteger mejor los océanos y las pesquerías del mundo, los formuladores de políticas necesitan una imagen más precisa de dónde la gente está explotando los recursos en el mar.

"La razón por la que esto es importante – concluye Kroodsma - es porque cada vez hay más gente en el mar y se utiliza más y de repente hay que decidir cómo vamos a gestionar estos gigantescos bienes comunes globales. No puede ser el Salvaje Oeste, aunque históricamente ha sido así”.